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Inicio / Cuenteros Locales / Keiji / 302) La extinción del hombre.

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Fabuloso fue todo de cuanto en mi viaje vi, y algo de lo que para no todos será grato en demasía que a continuación les he de describir, de increíblemente revelador para cuantos nos preciamos de ser casi indispensables para las mujeres, su hasta el día de ayer relegada, manejada, en ocasiones sumisa y en otras tantas forzada mala existencia.

Situémonos primeramente en el tiempo, era el día Martes 25 de Enero del Año en curso, el cual corresponde en nuestro calendario Occidental al Año 3003 si no mal recuerdo. Me hallé de frente con el hecho de que al despertar por la mañana, me encontraba en un sitio basta decir que por demás extraño, no sólo para mí sino para mi tiempo.

Yo nací en un día como ese, pero en el año de 2078 por tanto debería tener para la fecha anteriormente mencionada, unos 1021 años en mi haber, algo tan ilógico y descabellado como todo cuanto al paso de mis no tan cansados ojos corría en uno de tantos cumpleaños, pero según recuerdo me había acostado a dormir la noche del 24 de Enero del 3k3, a la temprana edad de 25 años por entrados.

Al abrir los ojos, lo primero que recuerdo vi fue el rostro de la mujer que hasta el día de hoy sigo considerando como la muy merecidamente más hermosa de todas cuanto he tenido ocasión de conocer, rara belleza en una mujer de rasgos visiblemente orientales únicamente que con algo que en pocas palabras no alcanzaría a definir, pero luego seguiré con su detallada descripción porque me apremia el decir un poco de cuanto presencié en mi viaje, el cual empezó ese día y yo sin saberlo tomé aquella remota noche al dormir.

Todo estaba notoriamente cambiado, pero lo que más llamó mi atención de primera instancia fue el hecho de no ver un sólo ser humano que no fuese del sexo femenino, todas las personas que veía a mi torpe paso eran mujeres, de lo más hermosas que he visto en toda mi larga vida, pero no porque se arreglaran mucho, o porque fueran muy bien vestidas, sino porque sus rasgos eran bellos en sí mismos, pocos pero muy hermosos y bien definidos rostros.

Parece ser que ellas mismas escogían sus propios rasgos, sus características corpóreas, el tono de piel y todas esas particularidades físicas que algún día llamaran tanto la atención a los hombres, y lo más paradójico es que no hubiese uno solo, a excepción de mi claro está, para apreciar tanta belleza caminando por las extrañas calles que miraba desde la ventana plástica de un piso de gran altura.

Cuando atiné a pronunciar palabra, mi lengua sonaba muy distinta de la que practicaban en ese entonces, el idioma manejado por ese tiempo me pareció en primera instancia un tipo de inglés deformado, pero caí en cuenta de que se trataba de japonés hablado con tono americanizado a lo largo de tanto tiempo, fue entonces que entendí poco de lo que a mi alrededor se decía seguramente de mi persona, aún dominando ambas lenguas a la perfección.

Al ver mi consternación la chica anteriormente mencionada tocó el dorso de su mano derecha y de ella emanó un luz neón que seguramente era un mensaje para alguien más, ya que casi de inmediato apareció una mujer envuelta en un traje holográfico casi totalmente transparente, del cual lo aparentemente único sólido era el collar o gargantilla que llevaba flotando sobre el cuello.

Esa chica me colocó un aparato diminuto en cada uno de los oídos, además de un tipo de membrana en mi lado izquierdo del pecho, arriba del pezón lo cual de inmediato me provocó una extraña sensación al introducirse por sí misma en mi piel sin producir dolor alguno, lógicamente asustado, comencé poco a poco a distinguir hasta el más leve sonido producido a más de 110 metros en derredor mío según pude calcular después, además de que ya entendía lo que decían todas las mujeres que me observaban como extrañadas que ven un bicho o algo parecido.

El murmullo era demasiado molesto y cada cosa que pudiese producir ruido alguno me alteraba de sobremanera, pero para mi fortuna me adapté rápidamente al aditamento, o mejor dicho él se adaptó a mí, porque como más adelante me enteraría se trataba de un traductor orgánico e inteligente.

Era un tipo de nano procesador el que le acondicionaba para que éste se adaptase a su portador como si fuese un virus o un parásito pero con la ventaja de que sólo beneficiaba al portador.

Era mucho mejor que una simbiosis en la cual el aparato obtenía su energía de mi sangre y se mantenía en funcionamiento a la vez que regulaba mi presión arterial, mis niveles de azúcar en la sangre y se alimentaba además del bióxido de carbono que la combustión producida por mis pulmones al respirar, todo ello no lo supe sino hasta que conocí a la Doctora Joyka Wattyshi.

Me presenté simplemente como Hugo contestando a su pregunta de quien era, y ella no indagó mucho más, le interesaban más mis extraños signos vitales, que mi vieja y desconocida historia, de eso ella se encargaría después de por su cuenta investigar.

Los hombres como sexo fuerte, se extinguieron en poco tiempo, primero la inseminación artificial los hizo innecesarios para continuar viviendo en un planeta superpoblado, y con países que como la China, habían tenido caídas tan estrepitosas por ausencia femenina, vino entonces la rebelión que convirtió al planeta tierra en una nueva y global isla de Lesbos.

No hicieron falta las manos masculinas para los trabajos pesados que hacían ahora las máquinas, ni se echó en falta alguna al supuesto cabeza de familia que antes prodigara de capital los hogares, y con uno de cada mil que nacían fue suficiente para preservar la especie humana, sin hombres que a la liberada mujer oprimieran como desde los primeros tiempos en que se suponía había surgido de su costilla.

Terminaron los genocidios, las vejaciones, disminuyeron las enfermedades, las violaciones y los maltratos misóginos, y sin lugar a dudas el avance tecnológico fue tal compitiendo en un mismo rumbo, que no le vi el sentido a seguir indagando por las fechas de lo ocurrido, era sencillamente hermoso y desolador, por lo menos para alguien en mi lugar como único hombre libre con tanto camino recorrido.

Después de asimilar mi situación, caí en cuenta de que después de dormirme entré por alguna razón en un tipo de hibernación inducida, muy parecida a la cryogenia que funcionaba por entonces, pero de forma natural, supongo que fue una medida que mi cuerpo tomó como defensa y protección la noche en que empezó todo, producto de un plan muy bien trazado por parte de organismos que planearon el esparcir una lluvia de compuestos que dañaban sólo a los individuos del sexo masculino, sea por hormonas existentes o glándulas que sólo portamos nosotros qué sé yo, pero ya de nada sirve indagar en todo aquello.

Kyma, la chica que en un principio mencioné sin describir, se encargó de aclararme algunos puntos mientras conversaba conmigo después de una serie de pruebas que me practicaron, y notoriamente interesada en mi historial, comenzó a bombardearme con preguntas acerca de mi origen, a lo cual respondí alegando amnesia, no tenía mucho que saber de mí, era mejor para ella y para todos que eso se quedara así, en el olvido.

Me llevó a un comedor de asociados donde probé alimentos desnaturalizados con nitrógeno y que daban texturas similares a las rosetas de maíz, espumas que al contacto con la saliva solidificaban dando un crocante y un sabor que nunca hube probado; aún y con lo extraño de todo esto, para mi fortuna de goloso que siempre disfruta con un buen platillo, la gente seguía “comiendo”.

Después de sanear nuestras manos y haber concluido el paseo por el edificio donde me encontraba enclaustrado, salimos a la terraza que daba nada más que al interior de un enorme complejo del que esa parte que al principio consideré como una construcción aislada, realmente era una pequeña parte de un complejo y enorme sistema de construcciones que juntas formaban en su conjunto una misma unidad inteligente, con múltiples ambientes y climas adaptados a las necesidades de lo que en ellos ocurriera.

Podíamos esquiar, tomar el sol como en la playa y pasear en un bote sin salir del mismo enorme edificio, una mega cuidad que mantenía conectados todos los medios necesarios para la convivencia sin necesidad alguna de acudir al exterior, me sentí como un ave en una enorme jaula de oro, pero al fin y al cabo prisionero.

Dormí plácidamente mis tres habituales horas como todas las mujeres que me monitoreaban en el lugar donde me asignaron y nunca me enteré de cuando cambió el día, tan artificial era todo que no alcancé a ver la luna, o el sol. Era tan monótono todo, que sentía que el tiempo no avanzaba, y en efecto así era…

Temprano, casi después de levantarme vino Kyra para dar un recorrido por las instalaciones de un parque que esperaba me agradara para salir de esa agobiante monotonía que le informe me embriagaba haciéndome sentir condenado, fastidiado y deprimido. No caminamos, una serie de bandas trasportadoras flotantes se encargaron de hacerlo por nosotros, así que ni siquiera me sentí cansado o aliviado de alejarme de ese lugar.

Entramos al parque y todo fue distinto entonces, la brisa de los aspersores me roció la cara al colocarme bajo una gran palmera del trópico, y el sentir de nuevo el pasto en mis pies desnudos al descalzarme me hizo revitalizarme y sentirme libre por breves momentos, pero alarmada mi acompañante me obligó a calzarme y a regresar por el sendero establecido, de nuevo a seguir sus reglas, aunque apenada se disculpó no me permitió volver a hacerlo.

Le pedí que nos sentáramos un momento sobre el prado y a regañadientes aceptó, sólo por algunos instantes me dijo. Por petición mía nos recostamos en el pasto húmedo y la que parecía estar en un lugar extraño era ahora ella, que nunca se había permitido perder el tiempo de tal forma ni en esas condiciones, era tan pequeña y había vivido tan poco…

No había sol, ni luna ni cielo visible, estaba demasiado lejos todo y los protectores no dejaban mirar el exterior, aunque seguramente serían cuartos de máquinas, por eso decidí no pensar en esos asuntos, mejor le pedí fuéramos a un sito del parque donde fuera de noche. Al llegar una ambientación como las de antaño y regresó el sabor a melancolía, una farola y algo que sin ser insectos, revoloteaba en derredor de la luz amarilla, se notaba que ellas también extrañaban su antiguo mundo había tantas reminiscencias aquí, que era de obtusos negarlo.

Nos sentamos en una banca de aparente hierro forjado y en un descuido no pude evitar besarla, lo extrañaba tanto… que no pensé más que en ella y en mí, su lenguaje corporal la había delatado, pero inmediatamente me alejó de su cuerpo sin permitirme abrazarla, molesta se puso de pie y al no saber cómo reaccionar emprendió la huida a toda prisa. Aturdido todavía por el golpe que me propinó, tardé en reaccionar y me dispuse a alcanzarla, le dije a gritos que extrañaba mi antiguo mundo y entonces al escucharme entre las extrañadas transeúntes se dio cuenta que le había mentido, lo que la molestó aún más.

Al darle alcance la tome del brazo y le ofrecí una disculpa, pero al girarla frente a mi tuve que besarla de nuevo, era demasiado hermosa para dejarla partir, aunque no supiera besar entre risas de nerviosismo le dije le enseñaría, me abrazó y acurrucada en mi brazo me dijo que sentía algo por mí pero eso estaba prohibido para cualquiera, entonces fuimos a un sitio menos concurrido.

Por breves instantes no supimos que decir, pero me animé y poco a poco le fui contando mi increíble historia, sólo que por nuestra seguridad omití los orígenes de mi camino y los detalles de mi gestación, a los padres que me fundaron y el objetivo primario por el cual había sido creado. Le dije que era mejor no saberlo todo, y por experiencia y lo que sentía hacia ella lo hacía de ese modo.

Miraba atento cada detalle que la oscuridad me permitiera, su pequeña boca, su cabello negro y largo como mis brazos que la rodeaban toda, sus alargados dedos que en esas pequeñas manos se acurrucaban rozando mi barba crecida, sintiendo por vez primera mis labios ansiosos de devorarle a besos furtivos, todo tan nuevo para sus rasgados y delicados ojos, tan nuevo para un corazón que no conocía ese tipo de amor que las mujeres de su mundo habían despreciado.

Todo era tan eficiente pero tan gris, tan eficaz pero a la vez tan triste que no podía entender como en pos de la productividad y un lugar dominante habían optado por erradicarnos, enclaustradas en sus mega ciudades dejaron el mundo entero a su surte abandonado, nada falta les hacía del exterior que evitaban a toda costa, les hacía demasiado daño.

Es su departamento platicamos como antes nunca había tenido la ocasión, de mi mundo y del suyo, de las similitudes y las diferencias que un mal día nos separaron y ahora nos reunían de nuevo, en el mismo solitario y concurrido mundo que compartíamos ahora. Hicimos de la supuesta noche un artilugio, un truco para dormir entre sus brazos acurrucado y rodeado por sus suaves piernas, escondidos fabricando un paraíso desconocido y un sueño que esperaba se prolongara al despertar de nuevo.

Al otro día desperté y ya no estaba a mi lado, sobre el mueble que estaba a un costado de su cama un mensaje holográfico de la doctora Wattyshi, tome mi ropa y me vestí después de ducharme trabajosamente sin agua, en una especie de cápsula que con aspersores de alguna sustancia como vapor de alcohol me limpiaba eficientemente.

La casa estaba programada y a cada paso que daba me atendían los múltiples servicios con que contaba, dejó además un mensaje para mí, debíamos vernos en el centro de estudios porque habían estado preguntando por nosotros, no era habitual que hubiésemos desaparecido sin avisar la noche anterior, de inmediato empezaron a sospechar de lo nuestro…

Me apresuré a tomar un desayuno de croquetas líquidas y tian de legumbres hidropónicas con caramelo, y salí a toda prisa rumbo al centro que por cierto no estaba más que a dos pisos y 4 minutos de espera en un transporte colectivo eléctrico que personalizado esperaba para llevarme a mi destino programado.

Al llegar, vi en la oficina de la doctora que estaba Kyma ante un grupo de mujeres que parecían ser sus superioras, apenada de disculpó y alegó se había sentido indispuesta, pero la Doctora le advirtió de el riesgo que yo significaba según las conclusiones a que había llegado después de los estudios que me habían realizado, la capacidad craneana que poseía y las abismales diferencias que me separaban del antiguo hombre común.

Kyma por su parte siguiendo el plan que habíamos establecido en su departamento, se mostró creíblemente sorprendida y dio por entendido que ignoraba todo aquello que le estaban comentando ahora, y que tomaría las precauciones necesarias al respecto, pero era ya demasiado tarde, sospechaban de ambos y nos tendrían bajo estrecha vigilancia, la principal preocupación de la doctora como responsable del complejo en el sector, era que mi simple presencia podía provocar turbulencia emocional entre las turbadas mujeres que trabajaban en todo el recinto, entre las cuales corría el rumor de que existía un clónico humano que había sido desarrollado hace mucho tiempo ya, que podría causar problemas ahora.

Para comunicarnos, regresamos Kyma y yo a lo más primitivo por entonces, una pluma digital y un trozo de papel de algunos ejemplares antiguos de libros que guardaba como reliquias familiares, porque hacia mucho ya que los árboles estaban protegidos de la tala y producción de papel vegetal, ahora los libros de 120 gramos de peso total, eran dispositivos electrónicos ultra livianos y eficientes multifunciones, que almacenaban más de dos gigas de memoria donde cabían fácilmente 200 libros de los antiguos, contenido promedio de 1167 páginas más o menos cada uno.

Tuvimos que aplazar nuestro encuentro por otras pruebas que me realizarían después de una visita de rutina por parte del consejo de médicos que estaban a mi cuidado, o mejor dicho vigilancia. Mientras ocupada con algunos de los pedidos que le hice, Kyma estuvo atareada la mayor parte del día hasta que al llegar la “noche”, tuvimos la ocasión de platicar unos breves instantes antes de que me encerraran de nuevo…

Me contó brevemente que el cristianismo había sido erradicado por sexista y las opresiones que como el Corán, la Biblia y otras religiones antiguas y sus respectivos documentos habían generado, tantas como muertes absurdas a lo largo de los años; ahora la creencia no menos feminista por cierto, era acerca de la existencia de una diosa llamada “Azoide” personificación virginal de los féminos deseos de fertilidad y conocimientos que las mujeres ya no ocultaban como antes.

Los animales como los había yo conocido, dejaron de existir en cautiverio y algunos cambios se habían sucedido en su descendencia, pero ahora libres en el exterior, habían acabado por repoblar el resto del planeta que poco a poco se iba desintoxicando de la nociva presencia humana, que ahora se mantenía enclaustrada en las ciudades verticales y subterráneas, lejos de los nocivos rayos solares y protegida de las inclemencias climáticas que azotaran en alguna época a las antiguas grandes ciudades.

Me dediqué a recabar toda la información posible que pudiera sernos de utilidad para mis planes, siempre supe que la información da poder, y lo que me importaba era reunir todo el poder posible, por si acaso. Como pude, accedí a medios de información con un dispositivo que me facilitó Kyra la noche anterior, el cual me permitía almacenar información, datos, cifras y documentos con sólo mover un dedo, y verdaderamente lo moví cuanto pude.

Ya para la mañana en que me visitó de nuevo la doctora, mi plan estaba completo casi en su totalidad, sólo debía buscar la ocasión para contárselo a Kyra en un lugar al resguardo que nuestra necesidad apremiaba, supe lo que vendría inmediatamente al ver a la doctora acudir tan temprano a verme, por la noche me trasladarían a otro centro de estudio, para “rehabilitarme” y mantenerme aislado a resguardo por mi propia seguridad según me dijo, pero yo tenía otros planes…

Encontré la forma de comunicarme con Kyra y le dije que debíamos vernos lo más pronto posible en la parte nocturna del parque que habíamos visitado, y sin demora me dirigí a nuestro encuentro pues dijo que ahí estaría. Le escribí el plan y los motivos de mi apresuramiento, debíamos escapar esa misma tarde para evitar pudieran separarnos, el plan estaba trazado y completo, todo cuanto necesitaba saber estaba ahí. Nervioso le dije entonces de mis planes en cuanto a la sombra de un árbol caído nos encontramos y seguro de que nadie nos observaba nuevamente la besé.

Sentí el temblor de la duda en sus labios y le pregunté si estaba segura de dar ese importante paso, ya nada dubitativa me confirmó estaba conmigo, ambos sabíamos que era lo mejor. Sabíamos también de las sospechas que sin querer habíamos despertado y que además, más temprano que tarde estrecharían más la vigilancia que hasta ahora había sido por falta de costumbre algo holgada, para nuestra suerte.

No tuvimos que pensarlo demasiado, puesto que era nuestra única e inevitable salida, escapar de todo aquello con el plan que había trazado y estaba sólo en mi mente, no podía confiar salvo en ella y aún así era arriesgado, pero no podíamos perder más tiempo. Con ayuda de toda la información que pude almacenar en mi memoria pudimos acceder a las salidas de la enorme cuidad, pero nos llevó algún tiempo prepararlo todo y llegar hasta nuestro desconocido destino. No describo en todo esto persecusión alguna, porque simplemente no la hubo, no había quie estuviera preparado apar que la gente escapara de ese agobiante pero supuestamnete armónico encierro, no lo hacía nadie porque no era necesario, no extrañas algo si nunca lo has tenido.

Ver todo aquello fue de lo más impresionante que han tenido la ocasión de ver mis recorridos ojos, un mundo nuevo relucía ante nuestras atónitas miradas, fuimos por las circunstancias expulsados de ese paraíso donde ocurrió la extinción del hombre, pero esto no le pedía nada salvo las comodidades, pero de eso nos encargaríamos con mis conocimientos luego. Era cuastión de tiempo el que Kyra se adaptara al exterior y con mis conocimientos y ayuda, todo ocurriría de lo más rápido.

Teníamos ante nosotros un mundo que empezaba a sanarse solo de nuestra nociva presencia, donde empezaríamos una nueva vida, alejados de los vicios y las religiones, de las costumbres y los miedos a la convivencia, de conceptos que como machismo y feminismo habían tantas competencias absurdas generado, estabamos solos, pero libres.

Escribo todo esto en el modo más a mi alcance, mientras la mujer de mi vida duerme tranquila por vez primera recostada en mis piernas, sólo miro su rostro angelical que respira este aire que al principio quema, pero nos iremos de nuevo acostumbrando, a vivir solos en este nuevo edén, del que formaremos parte espero por mucho tiempo más, y con algo de su ayuda, volveremos a hacer que funcionen como en un principio las cosas, sólo que con la memoria fresca para evitar los errores conocidos encontrando de nuevo el equilibrio natural, hora que nos fue otorgada esta nueva ocasión de empezar de nuevo...

Nota del autor: Para conocer los orígenes de el protagonista y entender mejor la historia, remitirse a la lectura del cuento 62) H.U.G.O.

Texto agregado el 02-08-2005, y leído por 176 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
14-05-2006 Ah si ahora recuerdo a H.U.G.O. (dios lo que hago por ti, escribiendo este nombre yo!) pues francamente me ha fascinado este escrito, captaste mi atención completamente (aunque la platica interrumpia a veces) Wow, quiero saber que paso con ellos? es una bella historia. Porqué por lo menos ellos si tomaron los riesgos, eso es lo que hace el amor, pero cuando sólo uno ama… andyengel
03-08-2005 ver comentario en el escrito 62, saludos aria
02-08-2005 me gusta piensa que hay que respetar cada lenguaje que se usa... asi mismo son cosas que salen del corazon, del alma y del cuerpo....***** catabiagi
02-08-2005 lo lei, dos veces, para dar un comentario apropiando segun mi criterio. no me gusta el lenguaje que usas me resulta pesado leerlo, ojo no sos vos, no me gusta este tipo de lenguaje. el texto en si, no esta mal, se torna aburrido en algunas partes, pero no tanto, el final no dice mucho. reconozco que la mezcla que haces esta bien. soy una simple lectora que no se impacto con el texto creo esperaba mucho más. juanitaR
02-08-2005 Es como muy "un mundo feliz" july269
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