Hoy sentada en el umbral de la puerta de mi hogar con una taza de café en mis manos y mi cabeza teñida de blanco por el transcurrir del tiempo vienen a mi memoria recuerdos inolvidables e irreversibles.
Recuerdo a mi madre levantarse muy temprano y montar la olla de café mientras regaba su enorme jardín y barría las aceras que los vecinos ensuciaban cuando supuestamente ellos y que limpiaban.
Recuerdo mi madre preparar la guagua para llevar a mi hermano menor al liceo y que debía entrar antes de las 7 de la mañana.
Recuerdo cuando mi madre nos decía que lunes era lunes de zapatero y que por eso ella no cocinaba, entonces nos recalentaba de la comida que había quedado del día anterior.
Recuerdo un domingo...nunca se me ha podido borrar esa imagen de mi mente, era una tarde lluviosa y mi madre preparaba la única comida completa del día, recuerdo el color del cielo y de las nubes, el agua escurrirse por las calles y como se llenaba la zanja de nuestra casa con basura de otras casas y mi madre con un cepillo de barrer la empujaba para que pasará al otro lado de la cerca, a veces yo la ayudaba cuando no mis hermanos.
Recuerdo cuando nos alborotaba a todos sus hijos, para celebrar la pascua, era días muy especiales, pues todos la ayudábamos a limpiar la casa con especies aromáticas que daban una sensación de limpieza y de liberación espiritual, se nos hacia hasta casi la noche limpiando y ya cansados en ocasiones la dejábamos sola y que ella terminara.
Recuerdo cuando mi madre se peleaba a escondidas con mi padre, recuerdo cuando le rompió el mecate del chinchorro y mi padre cayó al piso, experimenté confusión de sentimientos; tristeza y risas.
Recuerdo la gran paliza que mi madre me dio cuando mi hermana menor le dijo que yo había quemado el congelador de la nevera con una especie de espiral con aspecto de galleta que se solía encender por una punta para espantar mosquitos.
Recuerdo que cuando éramos niños y mis dos hermanos menores y yo estabamos tristes porque nuestra madre se iba de viaje, ella solía ponernos una canción infantil que aún hoy se oye en algunos sitios.
Recuerdo cuando era niña y se fue la luz y entré a la habitación de mi madre con una vela encendida y sin querer le quemé sus pelucas, eso fue otra pela más.
Recuerdo cuando era niña que yo me quedaba observando como mi madre se maquillaba, me encantaba verla.
Recuerdo cuando tenía diez años y me dio por primera vez bronquitis, mi madre me cuidaba de tal manera y me sentía tan consentida que a veces no acataba las instrucciones del médico solo por seguir unos días mas en cama y con mi madre a mi lado.
Recuerdo cuando estaba en quinto grado escolar, retornaba de clases, eran casi las 6 de la tarde y mi madre regaba el jardín, una compañera inoportuna pregunto por mi y mi madre le pregunto que quería y ella le dijo que yo le debía un real, (era algo de dinero para aquel entonces) y mi madre me dio otra gran paliza, no le gustaba que pidiéramos nada prestado, dinero menos.
Recuerdo cuando yo era niña mi madre acostada en su cama (hoy creo que cansada del trajín del día) me pedía que le sobara los pies, es decir, que le diera un masaje, de allí nace mi afición por este arte.
También recuerdo cuando mi hermana menor y yo éramos niñas nuestra madre nos ponía a rezar el Padre Nuestro todas las noches y además leer la Biblia, hay algunos Salmos que me aprendí desde ese entonces.
Hay tantas cosas que recuerdo de mi madre, y son pocos los malos recuerdos que tengo de situaciones difíciles, ni me acuerdo ya...
Hoy aún no llego a los cuarenta y ya mi cabeza empieza a brillar, por mas que la tiñe, hoy me siento agradecida a Dios por mi madrecita que la amo tanto y le admiro como lo hacia desde que era una niña.
Creo que si pudiera devolver el tiempo, amaría mas a mi madre, le ayudaría a cortar la grama, le ayudaría con el café y no le quemaría el refrigerador ni sus pelucas, hubiese intercedido para que no se divorciara de mi padre, la hubiese acompañado al liceo donde ella era profesora, le hubiese secado el cabello sin maltratarla tanto, le hubiese llevado todo el agua que ella me pedía sin refunfuñar, si pudiera devolver el tiempo le diría a mi madre que le tenía miedo y la abrazaría mas, si pudiera devolver el tiempo le pediría a Diosito que me diera mas amor, mas tiempo, mas detalle y mas cuidado con la flor de que es mi madre para mi.
Pero como no podré devolver el tiempo, he decido amarle y honrarle, he decidido tenerle mas paciencia en sus años dorados, le he pedido a Dios perdón por mis falta hacia mi madre.
Como se que el tiempo no perdona y no está en mis manos poder retrocederlo le he pedido a Dios que le de mucha vida y salud a mi madrecita para que pueda disfrutar de sus nietos y porque no hasta de sus biznietos.
Como no tengo la llave del tiempo le pido a Dios me ayude a hacer feliz a mi madre que tanto me ama y para quien aun sigo siendo su ñita...
Madre te amo, gracias por tu amor, desvelo, paciencia y rigidez cuando fue necesario. Siempre estarás en mi corazón. |