Como aprendices de niños
Humeantes labios modelan tu sexo
Enhebramos un eclipse de colmillos.
Soy el zahorí desnudo
Que guía éxodos por tus senos
estoy perdido
sin agua
pan
o instinto.
Tus pezones de sal
no escaparon de Gomorra
cristalizan lentamente un discurso de estatua.
La sangre que nos cursa
quiere explotar
todas las represas.
Vengo,
como cada noche
que
me
expande
a erigir la falsa ofrenda y
a prometer que nunca más imprimiré
mis huellas en tus manos.
Texto agregado el 01-08-2005, y leído por 141
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
07-08-2005
"nunca más imprimiré
mis huellas en tus manos"... ese nunca, se congela siempre, y las palabras, se van siempre con el viento... las promesas nunca se cumplen; es mejor así.
Lindo texto congelada
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