No hay nada más importante en el mundo,
ni más grande, ni más sincero,
que el cariño que te tengo
mi fiel y paciente abuelo.

Por eso no hay un castigo
más largo y más inmenso,
que el de no verte ya nunca,
en este vida, abuelo...

Sos mi angel, mi guía...
La estrella más brillante
de mi confundido cielo...
La luz que me ilumina,
mi ejemplo, mi mejor modelo.

Mi objetivo más grande.
Mi más difícil anhelo.
El sueño más imposible
de mis imposibles sueños.

El oro más brillante
y el más rico de los suelos.
El alivio constante.
El más lindo consuelo.

Debe ser por eso
mi invisible abuelo...
debe ser por eso,
que tanto te quiero.

11 de julio de 1999