ESCENA 5.- Do cats eat bats?
Dos hombres caminan en la oscuridad. Traje blanco, sombrero blanco, zapatos negros de tap. Al caminar logran un ritmo monótono, casi hipnotizante. Voces graves que se unen a los tambores de fondo:
1) Ella se sienta en una silla de piedra,
Cuenta las hojas de árboles de ciruela,
Quiere escapar y no lo logra,
Una rosa congelada hiere sus pálidas manos.
2) La otra mujer vaga entre las sombras,
Aguas amargas y piel casi muerta,
No sabe quien fue ni quien la recuerda,
Una rosa congelada para los que miran hacia arriba.
Empiezan a bailar un ritmo alegre con sus zapatos, pero lentamente desaparecen. El sonido de sus zapatos queda en el aire por unos segundos.
Ladrones experimentados, caballeros a pie, reyes jóvenes. Cincuenta lanzas de papel negro. Mares y tormentas de hojas secas. Manos enterradas en el barro como raíces de carne y sangre.
- “A veces me gustaría dormir por un largo tiempo”
- “El sol matutino es muy seco para mí”
- “Es mucho más cómodo no responder a ese tipo de preguntas”
- “Ellos me dijeron una vez que nada es gratis”
- “¿Comen gatos los murciélagos?”
- “Cállate”.
ESCENA 6.- Carnaval.
La mujer hace tiempo que dejó de escuchar lo que pasa a su alrededor. El mundo gira lentamente y la muestra una esquina. La maleta pesa cada vez más y sus manos no pueden sostener nada. Cae de rodillas...
Mil agujas recorren el cuerpo de ella, pero las quiere rechazar. Los latidos y los gritos se acercan y en su cabeza toman formas y colores. La otra mujer está cerca. Reconoce sus pasos, su risa y su manera despreocupada de andar. Su vestido rojo de lentejuelas ilumina la calle de manera intermitente, reflejando la luz de cientos de cigarrillos.
Los tambores hablan: ...Y ella sabe que está cerca del final,
el aire le dice en su forma densa y misteriosa,
que todos los demás callan,
cuando ella cree estar sola.
Gitanas con ojos desorbitados: Sonríe niña, actúa feliz,
El sol se esconde, es hora de salir,
Payasos y cartas y nada de amor,
Gritos y quejas y nada de razón.
Los hogares arden y acaban con miles de hojas escritas con poemas. Rondas de niños grises con voces en otros lugares. Salen lobos de las llamas. Ojos inyectados en sangre, colmillos hambrientos de vida, ladridos suspendidos en el aire.
(Ella sólo escucha. Tirada en el suelo como un muñeca, su mirada clavada en una noche sin estrellas, un techo vacío, un escenario olvidado... la música domina sus pensamientos y poco a poco empieza a sentirse sentada en una silla de piedra...)
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