¿Quién putas habla a esta hora?. Contesté el teléfono y era una mujer con un acento espeso como el aire que respirábamos. Tuve que meterme al baño con la bocina para poder distinguir lo que me decía, en un inglés cortado me dijo: -¿cómo llegó a tu casa?. No estoy muy segura lo que le dije, pero me acuerdo que me dijo que estaba en el museo. ¿Quién va al museo a las tres de la mañana?
Salí del baño, crucé por la cocina y vi a Mauricio comiendo, creo que era el único que no había tomado, me serví un vodka con jugo de naranja y me fui a bailar a la sala con el vaso en la mano. Jean bailaba con la camisa abierta, me acerqué con la mano derecha le agarré una nalga. – ¡Oye!. Me dijo a gritos: - ¿Cómo le hacen las mujeres para que se les paren los pezones?, -¿A qué te refieres?, - Sí, ¿cómo lo hacen?, - Pues; si tu pregunta es si es algo voluntario, no lo es, responden al tacto. Él mismo se estrujaba los pezones, y me levantaba una ceja para presumirme. Nikki escuchó toda muestra conversación y le grito desde la esquina del salón, -¡con hielo!, ambos se fueron al refrigerador a conseguir hielo.
José quien es más dama que yo, me vio bailando sola y me hizo el favor de hacerme compañía, yo pensaba: ¿por qué me ve así este cabrón?, no se supone que le gustan los niños, cerré los ojos cantábamos a coro material girl, sentía su deseo como me rozaba, elevándome despacio.
La mujer del acento llegó, resultó ser la novia de uno de los concurrentes, de inmediato se dirigió a la cocina para servirse un trago, encontró a Jean y Nikki trabajando con el hielo, sin sorpresa siguió sirviéndose un vodka con la mirada puesta en Mauricio quien seguía comiendo. Con seco acento le preguntó: - ¿Tomas algo?. Mauricio contestó en el mismo tono. –No tomó alcohol. Ella abrió un poco los ojos. Mauricio le ofreció un pedazo de pan del que comía, se lo dio en la boca precedido de un trago de vodka.
José y yo seguíamos bailando, mi marido nos veía desde la puerta, José me sobaba suavemente el trasero mientras me cantaba al oído. Aparté a José con el pretexto de ir al baño. Nikki y Jean seguían en la cocina estimulando pezones. Habían encontrado helado, hummus, crema ácida, ambos se limpiaban los bigotes con la lengua.
Fui al baño y cerré la puerta, tratando de cobrar un poco de conciencia, estaba acalorada del baile con José, pensé en aliviar mis tensiones ahí mismo, pero decidí seguir con aquella energía por un rato; era más divertido. Salí del baño… José me esperaba, de un solo movimiento ya me tenía en la habitación, mis pechos cabían en sus manos, me levantaba la falda y me le abrazaba con las piernas. Mi esposo entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él.
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