Está sentado como siempre tras el escritorio. La misma rutina durante años. Conoce cada detalle en su oficina. Desde los ventanales que dan al exterior, hasta los pequeños recuerdos que guarda en la gaveta de su escritorio. La vista desde allí es estratégica le permite darse cuenta de la llegada o salida de cualquier persona. Como siempre el trabajo es arduo, pero puede esperar; aún falta media hora para que el resto del personal termine de llegar. Por inercia o más bien por costumbre enciende la computadora, espera sin mucho afán que termine el proceso. Mientras tanto pasa las manos por su cara las lleva hacia la cabeza y las cruza detrás de la nuca, estira su cuerpo.

Mira al vació, enciende un cigarro, y deja volar sus pensamientos. Muy pocas veces reflexiona sobre su vida.



Casado hace… con la mujer de la que se enamoró en su juventud, tres hijos. Su vida ha transcurrido entre los niños, las cuentas, su mujer, las noches de vino con los amigos en la taberna cercana a su apartamento en donde se gastan bromas a veces ingenuas otras pesadas, las fiestas familiares, las visitas a su madre, las idas al supermercado, superando los conflictos que la adolescencia produce en los hijos y afectan la vida en pareja…en fin como debe ser la vida matrimonial. Sonríe al pensar en los buenos momentos, en los ratos de felicidad, pero su rostro se ensombrece al recordar algunos no tan gratos. Aspira el cigarro y deja salir el humo en espirales…su mirada se va tras ellas…

Es cierto que en algunas ocasiones se ha sentido prisionero, que ha sentido la necesidad de su propio espacio, que la frialdad o el carácter enérgico de su compañera en algunos momentos lo ha orillado a tener pensamientos y actuaciones que no van de acuerdo a sus principios éticos, pero supone que pasa en todos los matrimonios, que son épocas y situaciones y que son pequeñeces comparados a toda una vida en familia… vuelve a aspirar del cigarro y de repente un timbrazo lo saca de sus reflexiones, dirige la vista hacia la pantalla de la computadora y en sus labios se dibuja una sonrisa, su rostro se pacifica y su mirada se vuelve tierna…ya tiene su propio espacio.