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UNA VISITA INESPERADA
Lucia se presentó un buen día en la oficina de Felipe.
Después de analizarlo una y otra vez durante varias noches, por fin tomó una decisión, se presentaría, pasara lo que pasara... No podía soportar vivir un día más así.
Lucia se paró frente al numero 428 de Homero. Un elegante edificio de oficinas se erguía frente a ella. El nerviosismo la invadía, las manos le sudaban y un cierto cosquilleo sentía en su vientre, por un momento titubeó antes de entrar pero ella ya lo tenia decidido.
- Piso 18 por favor- le dijo Lucia al elevadorista.
Mientras subía, no dejaba de pensar, las ideas se agolpaban en su mente. Al abrirse las puertas, al fondo del salón se encontraba un elegante escritorio de caoba y sentada frente a él, la secretaria de Felipe.
- Buenos días.
- Buenos días ¿en qué le puedo servir?, Le preguntó la mujer sin distraerse de lo que en ése momento estaba haciendo.
- Busco al Lic. Felipe Campos del Valle.
- ¿Quién lo busca?
- Soy la Sra. Lucia Galindo.
- Permítame un momento, por favor.- le dijo, y al momento la anunció por el intercomunicador.
- Licenciado, lo busca la Sra. Galindo – Felipe se quedó sorprendido, nunca se imaginó recibir tan agradable visita.- ¿qué será lo que la trae por aquí?- se quedó intrigado por un momento.
- Hágala pasar por favor. – le dijo Felipe poniéndose de pie mientras acomodaba con las manos su abundante cabellera.
Lucia cerró la puerta tras de sí. Felipe se quedó sorprendido cuando la vió entrar, en ese momento le brillaron los ojos, se veía espléndida, tan sexy, tan guapa, era poseedora de una figura espectacular, su larga y rubia cabellera era el marco perfecto para ese rostro tan bello, sus ojos de un intenso color marrón lo hechizaban cada vez que lo miraba.
- Hola Lucia, ¿qué te trae por aquí?
- Tú, tú me traes por aquí.- le dijo Lucía con la voz más sensual que Felipe había escuchado en su vida.
Felipe se quedó sorprendido ante tal respuesta, por un segundo no supo que decir. La actitud de Lucía le parecía algo extraña, de lo que sí estaba seguro era que su presencia realmente lo inquietaba y lo ponía sumamente nervioso.
- No me digas, ¿Y entonces en que te puedo ayudar? Le dijo Felipe ofreciéndole una amable sonrisa. - Te noto algo alterada, siéntate. ¿ Te ofrezco algo de tomar?
- No Felipe, muchas gracias – le contestó mientras tomaba asiento.- Realmente no sé por donde empezar, me siento como una tonta – lo miro fijamente a los ojos con una mirada tierna.
- Relájate, me asustas, ¿no será tan grave, verdad? – le dijo procurando romper un poco con la tensión que se respiraba en ese momento.
- No lo sé Felipe,
- Bueno mujer, vamos, de que se trata eso de lo que tenemos que hablar.
Ella lo miró nuevamente a los ojos y le dijo – no se como empezar – en ese momento su nerviosismo era evidente y comenzó a titubear, se puso de pie frente a él y poniendo sus manos sobre su pecho, le comenzó a decir. – No encuentro las palabras para decirte que te amo, que eres todo para mí, que estas en mi mente cada vez que respiro, que nada me importa cuando no estás conmigo. Quiero sentirte entre mis brazos, hacerte mío, porque el tiempo nos une cada día a pesar de la distancia, porque llenas mi vida con tu risa y me entiendes sin necesidad de hablar.
Felipe no resistió mas, el corazón y algo más se le salían, - Yo también te amo- Le respondió Felipe, y ya no pudo decir más, selló sus labios con un beso, pues el también sentía lo mismo.
fue un beso de pasión y de deseo, sus labios acarició con los suyos, también sus ojos, su naríz, todo su rostro.
La tomó entre sus brazos y las caricias comenzaron, las manos de Felipe como mariposas volaron y en cada curva de la silueta de Lucia se posaron, a través de la suave seda del vestido podía sentir su piel desnuda.
La pasión los invadió y Felipe después de besar sus labios, por el cuello continuó y así siguió hasta los hombros.
Con un simple movimiento, los tirantes del vestido deslizó dejando que cayera suavemente al piso, quedando al descubierto el cuerpo de Lucía.
Felipe no dejaba de admirarla, todo en ella lo fascinaba.
Nunca antes la había tenido así, solo en sueños la intentaba imaginar cuando a solas con sus pensamientos permanecía.
- ¡Que hermosa eres Lucia! – le decía Felipe mientras la recorría con la mirada.
Lucia sentía que el corazón se le salía, el ritmo de su respiración se aceleraba a su compás.
¡Cuantas noches anhelando este momento!.
El sonido del intercomunicador los sobresaltó, haciéndolos salir por un momento de la magia que los rodeaba.
- Discúlpame un momento – Le dijo Felipe
- No te preocupes, contesta – Le dijo Lucía sonriéndole y mirándolo a los ojos.
- Sí, dime Juanita – contestó Felipe.
- Licenciado, su esposa lo busca por la línea cuatro.- Lucía alcanzó a escuchar.
. Inmediatamente alejó de su mente cualquier pensamiento que la hiciera sentir culpable y un sentimiento de tristeza la invadió.
- Dile que no le puedo tomar la llama, que deje el recado, no estoy para nadie. –
Por un momento Lucía alcanzó a notar un gesto de molestia en su rostro, que al levantar la mirada y posar sus ojos en ella se desvaneció mágicamente.
Sus ojos eran como un imán, tenían una magia que la hechizaban, su sonrisa era tan sexy, con ese toque de picardía que lo hacia todo un conquistador.
Se acercó a ella y tiernamente le quitó el vestido que tenía entre sus manos y con el cual trataba de tapar parcialmente su desnudez, dejándolo caer suavemente sobre la silla.
Felipe se acercó tomándola entre sus brazos, Lucía le rodeo el cuello con sus manos y se unieron en un beso tierno, suave como una caricia.
Lucía, mientras lo besaba desataba el nudo de su corbata permitiendo que Felipe la acariciara libremente, luego dejó caer la corbata sobre su vestido. Dos prendas en complicidad testigos mudos de su pasión.
Le desabotonó lentamente la camisa dejando al descubierto su pecho desnudo, tan varonil y bien marcado, Lucía lo acarició suavemente y con sus labios besó cada músculo cubierto por su piel, sus manos se deslizaron y lo acariciaron sin parar, los pantalones le ayudo a Felipe a desabrochar, que impacientemente se los quitó.
Los bóxer ajustados a su piel, delineaban la curva perfecta de sus glúteos y sus fuertes piernas, resaltando visiblemente todo lo que debajo de ellos se ocultaba. Tan sexy, tan bello. La excitación y el deseo se hacían evidente en su cuerpo. Después se los quito sin pudor, dejando al descubierto todo lo que ahí se ocultaba.
Lucía no podía contener lo que sentía, una mezcla sensual de nervios, pasión y deseo.
Felipe la guió con ternura tomándola de la mano, mientras se sentaba en la silla enfrente de su escritorio
Lucía se sentó sobre él, le rodeó el cuello con sus brazos acariciándole suavemente el cabello.
Mientras besaba sus labios apasionadamente, sentía el ímpetu de la pasión de Felipe entre sus piernas, perdiéndose los dos en la danza sensual del amor, que con su cadencioso ritmo, como las olas furiosas del mar al estrellarse contra las rocas, los va guiando hacia el éxtasis de su pasión, cada oleada de sensación va envolviendo su intimidad, bañando sus cuerpos con aromas y roció.
La luz indiscreta que se asoma por la ventana acaricia sus cuerpos haciendo brillar una a una las gotas de humedad.
Con cada roce se liberan descargas de electricidad que se acumulan debajo de la piel, hasta que logran escapar provocando un torrente de pasión entrelazado con gemidos y suspiros, llevando al máximo el nivel de sus sentidos.
Poco a poco, como la marea que baja después de la tormenta, sus cuerpos se relajan, uniéndose tiernamente en un abrazo
La calma llego, sus miradas se buscaron, Felipe la observó y mirándola a los ojos retiró el cabello rizado que caía despreocupado sobre la mitad de su rostro.
- Te amo – le dijo Felipe susurrándole al oído.
Lucía lo besó tiernamente y al momento le dijo – Yo también te amo, nunca lo olvides.
Despues de un rato el intercomunicador volvió a sonar,y Felipe mirandola a los ojos le dijo - Esperame un momento ahora si le voy a contestar a tu hermana.
Lucia tomó sus cosas se vistió y se marchó sin mirar atrás, dejando un gran vació entre los dos.

Texto agregado el 20-09-2003, y leído por 637 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
21-10-2006 Mis felicitaciones de nuevo... Me excitó la historia, pero me hubiera gustado sentir tu orgasmo... La explosión brutal. MÁS ESTRELLAS?? Superentrevista
08-02-2006 hey tere... no seas mala... es decir puedo notar que tienes un don para el relato... en especial en el ambito erótico... podrías por favor darle una critica a mis cuentitos... un dia de estos ke tengas tiempo... plis... muxas gracias y un bexo! p.d. ah el mas erótico ke he escrito se llama "el reencuentro" claro no se compara con este tuyo pero en fin kisiera saber ke opinas de mi... gracias por leer... zeedcnk
08-02-2006 hey tere... no seas mala... es decir puedo notar que tienes un don para el relato... en especial en el ambito erótico... podrías por favor darle una critica a mis cuentitos... un dia de estos ke tengas tiempo... plis... muxas gracias y un bexo! p.d. ah el mas erótico ke he escrito se llama "el reencuentro" claro no se compara con este tuyo pero en fin kisiera saber ke opinas de mi... gracias por leer... zeedcnk
10-09-2005 Sexy, sexy la narración. Se queda uno pensando si refleja un poco tu personalidad... Porque casi siempre nos proyectamos al escribir. Mis cinco estrellas. josedecadiz
21-07-2005 Estupenda narración, tema, motivación suavemente erotica pero con una pasión llena narrada con clase y buen gusto. En fin es un trabajo profesional..el final?...bueno es el final y cualquier cosa puede pasar..pero no rompe todo el prisma de emociones. Caray que bien escribes! lobomexiquense
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