*****Este cuento esta dedicado con mucho cariño a mi amigo,
Mateo Roques K *****

Bajo la sombra de un árbol, apoyado contra su tronco, descansaba Mateo. Con la mirada perdida en la pradera, comenzó a silbar su canción preferida.
Juana, la lagarta que estaba durmiendo al sol, despertó con los silbidos del Lobo Maeto. Molesta, mordió sus botas de cuero acordonadas y el lobo Mateo, dio un salto de dolor.

-¡Qué pasa lagarta!, ¿por qué me mordiste?
Dijo el lobo enojado y adolorido

-Tu silbido molesta, no me deja dormir la siesta.
Respondió coqueta la lagarta.

-Lagarta, ¿estas en esos días que las hormonas se alteran?
Mateo era un lobo muy atrevido, no media las consecuencias de lo que decía y se ganó otra mordida de Juana.

-No me faltes el respeto, dijo muy enojada la lagarta, mira que no te tengo miedo. Bella y elegante como ves, puedo morder más fuerte que tú.- muy ofendida con el lobo la lagarta se dio la vuelta, con pisada fuerte, comenzó a caminar.

El lobo no respondió. La miró intrigante, se dio la media vuelta y volvió al árbol.
Algo enojado con la lagarta que lo había mordido, decidió importunar más aún la siesta de Juana.
Mateo, miró coqueteando a la lagarta, guiñó un ojo, y le gritó.

-Tranquila lagarta, duerme la siesta al sol, me voy a la pradera.

La lagarta al ver que el lobo se alejaba, suspiró; bien extendida se quedó dormida.
Pasaron los minutos y muy silenciosamente, apareció Mateo otra vez. En su cara una sonrisa picara con una mirada desafiante…
Volvió al árbol, se sentó casi en silencio, sin apartar la mirada de la lagarta.
Mateo, había ido a buscar su guitarra, estaba decidido a no dejar dormir la siesta a Juana.
Una vez más la miró, mientras que Juana ni sospechaba lo que habría de pasar, ella dormía feliz al calor del sol.
Tentado de la risa por la maldad que tenía en mente, Mateo se acomodó a los pies del árbol, tomó la guitarra y empezó a tocar su canción:
“You know that it would be untrue
You know that I would be a liar
If I was to say to you
Girl, we couldn't get much higher.
Come on baby, light my fire
Come on baby, light my fire
Come on Lagarta, light my fire
Come on Lagarta, light my fire.”
Los agudos acordes de la guitarra mezclados con los alaridos del Lobo sonaron expandiéndose con eco.

Mientras Juana se despertaba enfurecida, Mateo solo miraba de reojos a la lagarta y cantaba con más fuerza.
-Come on Lagartita, light my fire,
comeeeeeeeee ooooon La gartttt ttttii tttaaaaaau

Juana sin decir nada, refunfuñando en silencio emprendió su marcha.
La lagarta desde ese día juró vengarse.
El lobo se empeñó en molestarla. Cada vez que se cruzaba con Juana, con o sin guitarra comenzaba a cantarle.
Los esfuerzos de Juana por evitar encontrarse con el Lobo eran en vano. Éste siempre la hallaba.

Un día, el elefante Romeo invitó a la lagarta Juana a una fiesta.
Estaban Juana y Romeo muy entretenidos bailando reggaeton, la música que tanto les gustaba, cuando llegaron, El lobo Mateo, la tortuga Tamby, el sapo Hilario y el mono José; juntos, estos amigos tenían una banda de rock y odiaban el reggaeton. Habían traído sus instrumentos, para cantar en la fiesta del loro Paco. Paco, que era muy amigo de Mateo, los dejó tocar. Cantaron y todos los invitados de la fiesta saltaron al ritmo del rock’n roll, menos Juana y Romeo que estaban aburridos porque esa música no les gustaba. Tan aburridos que decidieron irse.

El lobo al ver que la lagarta se iba con el elefante, anunció por micrófono que dedicaría su próximo tema a la lagarta más linda de la fiesta. Juana, quedo roja de vergüenza y enojada, pero tuvo que esperar que dedicaran su canción.
En ese momento, la lagarta nota que el lobo esta nervioso, ella sonrió y como era muy coqueta se acerco haciendo notar sus curvas hasta el escenario. El lobo impactado, comenzó a cantar, “Enciende mi fuego”.
Juana observaba atentamente a Mateo y pensó:
-ésta será mi venganza…

La lagarta coqueteó con el lobo, para simular lo enojada que estaba y la vergüenza que tenía por el mal momento que Mateo le estaba haciendo pasar al cantarle esa canción. Pero pensando en su venganza agradeciendo la dedicatoria lo besó. El lobo, se enamoró de ese beso. Tanto se enamoró, que correteaba por el escenario.
Mateo dejó de cantar. De un brinco llegó hasta Juana, que estaba sentada junto a sus amigos Romeo y Paco, bebiendo un jugo. El lobo con una cerveza negra en la mano
Invitó a la lagarta a beber con él. Todos los animalitos de la fiesta estaban sorprendidos. No podían creer que el malvado Mateo estuviera tan amable con Juana. La lagarta ni tonta ni perezosa, aún tenía en mente su venganza.
El lobo no se cansaba de cortejarla, y no entendía como después de ese beso, la lagarta lo esquivaba. Un poco enojado Mateo, le preguntó:

-Lagarta, ¿por qué te haces la difícil ahora? ¿Si estas loquita por mí?
Dijo el lobo acariciándose la barbilla.

-¿loquita por ti? Respondió en un tono burlón Juana
-Claro que sí. Guiñando un ojo el lobo, estiró su espalda y en voz alta para que todos oyeran dijo:
- Todos vieron como me diste un beso…
-¡ah! Exclamó la lagarta. El beso… no fue nada, susurró
-¿cómo que no fue nada? Preguntó el lobo que tenía un oído increíble.

Juana, no le respondió. Simplemente tomó el micrófono. Con su dulce voz, hablo para todos:

-amigos, como ustedes saben, el Lobo (en ese momento guiñó un ojo mirando al lobo) ha dedicado una canción para mi.

Todos sorprendidos por la coquetería del lobo y la lagarta, escuchaban atentos.
-Lobito, quiero que te acerques al escenario, y escuches con atención este tema que dedico con todo mi amor.

Llamó a su inseparable amigo elefante Romeo, al Loro Paco, al grillo Tomás y sus amigas las lagartijas para que bailen.
Y a toda voz comenzó a cantar…
“Esta noche contigo la pase bien
Ooooooohhh ooooooohhh
La la la la la la la
y tú fallaste, la la la…
Lo que pasó, pasó
Entre tú yo
Lo que pasó, pasó
Entre tú y yo”

Todos los de la fiesta, comenzaron a burlarse y reírse del lobo. Mateó tenía sus ojos salidos por la rabia. La vergüenza que sentía era tanta que no podía ni moverse, los colmillos estaban sobresaltados. Odiaba esa música, pero además de odiarla, ver con como la lagarta bailaba reggaeton con sus amigos cantando esa canción para él, lo enfurecía. No pudo con la furia y la vergüenza, dio la media vuelta para irse, cuando desde el escenario, con voz más fuerte se escuchaba:

“Lobitoooo! Lo que paso, pasó
Entre tú y yo
Lobitoooo! lo que paso, pasó
Entre tú yo..
Oooooohhh ooooooohhh”

El lobo se fue enfurecido de la fiesta, nunca había pasado tanta vergüenza, todos se rieron de él. La lagarta festejaba feliz su venganza.
Desde ese día, Mateo nunca más pudo molestar a Juana, porque cada vez que intentaba, la lagarta sonreía haciendo movimientos de reggaeton, y era tanta la furia que esto le provocaba al lobo que terminaba por irse del lugar.
Además, cada vez que el lobo se sentaba a descansar bajo la sombra de un árbol, las ardillas le cantaban la canción de Juana. Ahora era él el molestado mientras a lo lejos, Juana dormía su siesta al sol.

Juanita Radaelli ®

**Mateo ojalá con este cuento te regale una sonrisa**