En el Caos el poeta guarda en sí la verdad. "Es un sueño" Suspiran algunos. El poeta sabe que es la verdad. El deseo del hombre que no encuentra espacios lo consigue en el papel acompañado de luces o de lamentos. El lamento del poeta es universal porque es del universo ese lamento. El poeta se limita a expresarlo a través de sí. Si calla, el lamento continúa y, si no encuentra a quién lo exprese, no por eso deja de ser una amenaza. El Poeta es el intermediario inútil entre el porvenir y el presente. Las luces: las luces de la esperanza de quienes conocen la solidez del porvenir, de los resultados del presente. El Poeta es un adelantado, en ningún momento un inventor. Amado por los escépticos y por los ignorantes, su figura pareciera tener el signo de una personalidad. Por el contrario: su disciplina consiste en el ejercicio de la carencia del "yo" y, cuando habla de sí mismo no hace más que abrir espacio a muchas voces que se manifiestan a través de él. Es un ser vacío y agrietado adelantado a su tiempo. No tiene nombre. Su propia humanidad no le permite tener un nombre. Más bien su nombre es un verbo complicado: Soy lo que Será. Aún cuando su presencia huela a perro pateado, sarnoso y callejero, digno de la lástima del mundo y de las almas nobles que lo habitan no hay mayor nobleza que la certeza que al poeta habita. No es un Libertador, pero advierte de la venida de la Libertad. No escribe para formarse un "yo", una fama o un nombre. Logra escribir, más bien, porque no tiene ni una sola de las cosas anteriores.
Logra escribir y eso lo explica todo: Logra escribir, en eso consiste su oxígeno, en eso es en lo que transciende su respiración. Sencillamente logra escribir.

El Poeta desempleado transciende su estancia en este mundo, lo hace solo, a través de sí mismo, sin necesidad de ninguna aprobación y mucho menos a través de quienes están por debajo de él que son quienes pretenden construirle un trono, negándole así ninguna condición de igualdad para con los otros seres; porque si hay algo que él ve y comprende es una condición de igualdad que existe entre todos los seres. Como así comprende el mundo, lo transciende a través de su propia sencillez. El Poeta Desempleado transciende el mundo y se conecta con mayor eficiencia en él. Es el mundo el que se abre ante su mirada perpetua y le muestra nuevos linderos para el ser. El poeta describe entonces una condición marginal: es un nuevo ser habitando un nuevo ser del mundo. Finalmente se aleja hasta de las palabras. El nuevo mundo en el que habita es por mucho superior a lo que cualquier hombre es capaz de describir. Suelta su pluma, intenta alejarse del viejo vicio del papel y se da cuenta de que su mundo es real, que siempre lo ha sido; él mismo es allí palabra, él mismo es allí deseo; la vida misma es allí papel, su vida es pura tinta y, se siente un tanto inseguro si al mirar hacia atrás se da cuenta de que no es su propia vida lo mejor que escribió. Inventa entonces a su mejor personaje, al más sublime de cuantos es capaz de inventar, que dista mucho de ser como él.
- ¿A cuál de los dos? - se preguntan ambos al mismo tiempo, confundiéndose en una misma voz ¿Cuál de los dos? Y permanece un rato congelado en el tiempo, viendo ante sí la aparición de una sonrisa que pudiera de muy buena gana ser de él.