Es curioso, a pesar de que una enorme distancia nos separa hoy en día (una distancia inmensurable) siento como si nunca te hubiese perdido.
Cada día pienso en ti, cada día sueño con tu voz, con tus besos, con tu cuerpo, con tus manos... quizás es por eso que siento que jamás estuvimos separados.
Aunque el dolor me posee, aunque cada mañana siento el agrio sabor a soledad mezclado con la fría sangre recorriendo mis secas venas, me engaño... creo que ese sueño de aquella noche, como los otros, sucedieron de verdad y que en realidad es ahora (cuando estoy despierto) que estoy soñando, que todo esto es una pesadilla horrible, una simple ilusión; bastaría “despertarme” para volver a la “realidad”, para volver a ti, para volver a tu lado… Y funciona!!, me miento una y otra vez para convencerme de que despertaré a tu lado, con tu cálido respirar y tu tibia y suave piel rozando levemente la mía; me persuado de que por la mañana te veré despertar, veré cómo se abren tus ojos y cómo tus labios me dicen “bueno días mi amor…”, luego sentiré un húmedo beso matutino, sentiré tus brazos rodear mi cuerpo, acariciaré el tuyo y después de un rato nos ducharemos juntos. Haremos el amor nuevamente y veré tus ojos brillar, tu piel erizarse, tu cuerpo estremecerse…sentiré tu corazón palpitar, tu respiración agitarse…
De todo esto me convenzo cada día a cada momento, pero llegan los momentos en que me doy cuenta de la verdad: nada de eso es real, lo único verdadero es que solo despierto y solo me acuesto cada noche en mi fría cama. Toda mi convicción se desmorona y vuelvo a la realidad de golpe: me duele la piel, me duelen los labios, me duelen las manos…me duele estar, ser, existir… me duele vivir…
A cada momento siento cómo se me va secando la sangre. Poco a poco se va volviendo más y más espesa; y me arde, me arden las venas, me arden las vísceras…
Pero logro resistir, con algunas substancias en el cuerpo logro asirme, nuevamente, de la idea de que despertaré y estarás ahí, a mi lado “como siempre”…Vuelvo a mentirme, vuelvo a intoxicarme y vuelvo a soñar…
Sé que no tiene sentido pensar en la esperanza de volver a tener tu cuerpo junto al mío, sé que sólo me queda anhelarte oníricamente, sé que eso es lo único que tengo, lo único que me queda, pero aún así me acuesto cada noche con la certeza que “despertaré”.
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