No sé a quien escribir…
No sé siquiera qué escribir.
No sé por qué estoy aquí
No sé por qué me siento así.
Tal vez es porque me siento una gran perdedora.
Una gran perdedora con unas ganas de luchar inmensas y con las alas listas para tomar vuelo, pero me doy cuenta que mis alas están quebradas y aunque ya tomé el impulso para despegar, no puedo elevarme, y al contrario, me veo cayendo…
¿Qué sucede?
No sé…
Todo se vuelve confuso, no sé qué hacer, no sé qué decir, no sé qué pensar…
Ahora todo se vuelve oscuro, tan solo siento un golpe… un golpe muy fuerte, y siento cómo mis órganos se desintegran lentamente, mis huesos se quiebran, mi piel se rompe… no puedo ponerme en pie.
Trato y trato, busco la manera de sostenerme para poderme levantar de ese lugar desconocido al que he caido… ¡Me siento tan perdida aquí!
No sé cual camino tomar… está oscuro y no sé en dónde estoy.
Grito por ayuda, pero nadie me escucha… sigo gritando, mi voz se esta desgastando pero aún siento que tengo fuerzas… mas nadie me escucha.
Sé que es un momento crucial, por que debo decidirme si quedarme aquí tendida en donde estoy, viendo pasar las horas, o tratar de buscarle algún sentido a éste lugar, tan angustiante, frío y tenebroso…
Trataré de descansar un poco, y a la primera luz que vea, voy a hacer lo posible por levantarme.
Ya han pasado varias horas, y creo que está apareciendo una tenue lucecita que siento que me llama, me levanto con las pocas fuerzas que tengo, la sigo para ver qué puedo encontrar y hacia a dónde me guía… voy pisando un camino un poco duro, pero con la esperanza de que me va a llevar por el camino correcto a donde podré no solo apreciar a la lucecita, si no realmente, tendré la capacidad de deslumbrarme con la gran luz de donde surge ésta tenue pero cálida aproximación a la paz.