Esta mañana soñé que alguien me vino a buscar.
Me condujeron a un cuarto donde estabas TU, en una esquina, de pie, en el suelo.

Me miraste y yo te miré

Te cogí, y tuve miedo que al cogerte te desvanecieras en el tiempo, pero no.
Te abracé, te apreté contra mi pecho, tu cuerpecito contra el mío, tus bracitos agarrado a mi cuello, tu cara en mi mejilla y me dijiste: “Abá”.

Quiero contar lo que sentí y no puedo…

Desapareció el techo… y volamos por el firmamento.
El sol brillaba, se sentía cálido.
Las Cíes al fondo. El mar azul, azul el cielo.
No teníamos cuerpo. Sólo éramos un sentimiento.
Serpentina de colores, una éramos los dos volando por el firmamento.
Una ola de felicidad me invadió por entero.

Quiero contar lo que sentí y no puedo…

De nuevo estábamos juntos, Otra vez te tengo.
No pensé en lo que dejaba, no pensé en lo que aquí tengo, no pensé en mi familia, los que me quieren y a los que quiero..
Sólo existió el momento.

Quiero contar lo que sentí y no puedo…

Volvimos cerca del cuarto, te llevé en mis brazos junto a tu mama linda, y le dije:
“mira lo que tengo”. Ella no te vio, y esto así lo entiendo..ella no estaba en mi sueño.
Seguí volando contigo. Esta vez donde te cogí, de pared a pared, a veces contra el techo.
La felicidad era tanta que:

Quiero contar lo que sentí y no puedo…

Te vinieron a buscar, yo no los miré, pero allí estaban en silencio, de mis brazos a los de ellos, tus cuidadores nuevos.

Quiero contar lo que sentí y no puedo…

Le doy gracias a Dios por tenerte este momento, aún siendo sólo un sueño.
Ruego a tus cuidadores que cuando la Ley lo permita te dejen venir de nuevo.
Porque se que estás, sigues y eres PABLO, en el espacio y en el tiempo.


La Abá.