Tengo el corazón vacío de pena.
Vacío de miedo. Lleno de agujeros.
No existen palabras azules que llenen mi alma.
Mi alma no tiene sentido desde que te fuiste.
Mi sol está apagado.
Toso está oscuro. Soledad.
No quiero echarte la culpa de mis lágrimas blancas.
No quiero cargarte con todo el peso de mi herida.
No existen culpables.
Si esta nube espesa me ahoga de a poco.
Si este fuego intenso me quema viva.
Si este ácido final me destroza las entrañas.
Te amo y te odio con la misma fuerza.
Te amo con bronca, con rabia, con dolor.
Te odio con toda mi paz contenida.
Con mi vida y con mi muerte,
que no es poquita cosa.
Te recuerdo en cada pestanéo
y te olvido en cada suspiro.
Pero te olvido mil veces
y te recuerdo un millón.
Y cada noche que llega
es una nueva agonía...
un viaje infinito hacia un desconocido lugar.
Y cada día que llega
estás más lejos que nunca...
No hay nada más lejano que este amor...
imposible de amar.
Natalia
23 de mayo de 2001
Texto agregado el 29-07-2005, y leído por 115
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
01-08-2005
Me gustó HoneyRocio
29-07-2005
sigue escribiendo, en serio me gustan tus analogías...
un abarzo --VinCHo--