Con la mejor sonrisa de mitómana frustrada. La mirada triste, permanente y característica. Carencia de cordura... típico. Huesos fríos, párpados cansados, mente retorcida... cuerpo retorcido. Insensatez. Envidia, pecado. Examen de conciencia. Arrepentimiento.
Dilema ético y enigma existencial. Se toma una decisión...y yo tomo la incorrecta. Una crónica sobre lo equívoco. Una entrada a un fondo blanco y sin respuestas. Es muy temprano para filosofar, y, ¿por qué llevo una vida haciendo lo incorrecto?
Es tan necesario donarle unos segundos a la sinrazón. Es por ello que sucumbo en el más intenso pensamiento, frente a una ventana de verdades no discutidas. Mas nada es más importante, creo yo, que la lucha por comprender quien es uno, es decir, que clase de persona somos. Diescisiete años han sido suficientes para entender que yo soy la clase de persona que contesta el teléfono dormida sin querer hacerlo.
Querido lector, se preguntará usted cual es la relevancia de la frase última. Su relevancia es existente, por tanto no deja de ser confusa. Atravesaba quizás en ese momento cierta clase de trance. No era untrance poético, era Esopiano. La moraleja: si a tu costado alguien inhala, extasiado, una bolsa de plástico, probablemente estes en peligro. Para ser más específicos, quizá hasta no pueda levantarse.
Yo entiendo que estas cosas pasan... Lo qe no entiendo es por que me pasan a mí. Y redundo sobre lo equívoco porque no hay mejor ejemplo de decisiones erróneas que este... Caramba, pude escapar... Explíqueme usted porque no lo hice... Insisto en que deberían practicarme un exorcismo, tengo un demonio con tendencias masoquistas tomando mis más importantes decisiones.
Si me lanzo de un techo, les aseguro, con plena confianza en mi fuerza, que caeré de pie. La pregunta es.... ¿por qué decidí lanzarme del techo? Esa es una buena síntesis de mi vida.
Dejando las metáforas...¿por qué he comprendido que todo aquello peligroso a lo que me he sometido lo pude evitar? ¿por qué no lo evité? Creo que si lo evitaba, no tendría esa experiencia sabia que me ayuda a enfrentar la vida. Y creo que tampoco tendría laberintitis.
Finalmente, quiero decir... culminando con los ejemplos sobre malas decisiones y la presente ilustración de lo erróneo, ahi les va una última situación: He pensado en hombres como él. Me han intrigado... los he perdonado... y los he amado... No los culpo, pero me han distraído. Esa es una decisión ncorrecta.
En fi, literalmente, me drogaron con materia no identificada. Fui presa fácil de lo desconocido. ¡Y contesté el telefono porque no me pareció incorrecto! Compartí mi trance con el prójimo, consecuentemente no estu´dié química, consecuentemente jalé química. Como estudiante de medicina, maldije al propietario de la bolsa de contenido no identificado.
La real situación... Vinculo química con miedo. Y bueno... elvínculo con el miedo es en mí casi un medio de transporte, es todo aquello que lleva mi ser hacia diversos istmos. El grave problema es que para dicho medio de transporte "Miedoval" tengo vales gratuitos de combustible y la gasolinera no queda lejos de mi facultad.
Daría lo que me queda de cordura por no guiarme de mis miedos. Por no actuar por instinto, por no ceder a peticiones de lo más cercano a una falacia que conocí en la vida. Hombres como él han sido mi principal miedo y perdición... Pero es así, y puedo cambiarlo... solo me falta quererlo...Y querer quererlo.
Por eso cada miedo debe vencerse con cuidado y sagacidad. Es por ello que desarrollé un plan maquiavélico para no poner mis calificaciones en el limbo de lo desconocido. Y nlo que más me molesta es que pensé que era una decisión correcta cruzar las rutas de la exageración.
Obviamente, no faltaría a ninguna clase de química (eso sería un decisión con problemas de personalidad). Pero que molestia...¡Dios mío!... No tomar decisiones por convcción, sino por miedo... Lo que me lleva al dilemo perpetuo ¿Qué es más fuerte, la convicción o el miedo?
El silencio me va acosando, al igual que un suspiro mágico, y ansiedad de matar a hombres como él. Y yo vuelvoa contestar el teléfono en mal estado y recibo propuestas que no deberiá. Decisión incorrecta nueva: la acepto guiada por el miedo.
Hasta que al fin... una propuesta positiva... aquella que me haría feliz... el problema es que no lo sabía, no lo recordaba. El miedo hace que me olvide de aquello que me hace feliz. ¡Hombres como él hacen que me olvide de que es aquello que me hace feliz!
"Señorita Pereyra, entrevistaría conmigo al Sr. Juan Pablo Castel", No puedo, tengo laboratorio"... Maldita sea...Mátenme...No recuerdo estupidez mayor... y como me arrepiento.
Solía mrarte y pensar que me dabas lo omnipotente, y solo me dabas fuertes úlceras. Te idoltré como a un Zeus de la sensualidad y no eres más que un Sancho Panza de lo absurdo, un Mersault con amigdalitis, un fantoche bailando flamenco... Eres tan cercano a la falsedad...
Aveces es tan necesario confirmar que te incrustaron el puñal... y es más necesario aun ese contacto con las artes... Porque mi vida, efectivamente, imita al arte. La tuya... imita la mala televisión.
No entrevistarlo, Sr. Castel, consistió en el más temible error que pueda recordar. Sin embargo me ayudó a meditar sobre acciones erróneas, sobre lo que se deja y olvida inútilmente. Valoro esa entrevista, hoy que sé que no la hice mucho más que si lo hubiera hecho. No ví nada Vallejiano, mas lo añoré.
De eso se trata todo, de la añoranza y el deseo, la búsqueda de la felicidad y no de aquello que perversamente pretende serlo. Entender lo que es divino y lo que es fraude. Entender que no te amo, y eso es bueno.
Sr. Castel, no hay nada que anhele más que contarle mi historia frente a frente... Solo le tengo buenas noticias. La señorita Pereyra recibió el mejor consejo de su vida:
"No piense más en hombres como él. Consígase un pintor"
Y he decidido tomar la decisi´´on correcta.
Nota: En mi clase de laboratorio, no tomaron lista. |