La Locura es impaciencia. Es debida a la carencia de un receptor de un lenguaje que consideramos que nos es propio, de un lenguaje que consideramos fecundo, de un lenguaje que Sirva.
Es "loco" y muere en desesperanza aquel que posee un lenguaje propio y que no le sirve. Lo que consideramos locura consiste en la desesperación por transmitir. Pero, como es lógico, transmitir desde lo propio.
Se trata de canalizar dicha "locura" a través del arte - pienso en Van Gogh - el arte es un lenguaje del cual mucho hablamos, superficialmente. Pero no se trata de hablar del arte, equivale a hablar del lenguaje, sin usar un lenguaje propio, equivale a emitir vacíos y a asentir con la cabeza a los mismos..., entonces Van Gogh, sin oreja continúa pintando.
Todo lenguaje propio, así como todo arte, no consiste más que en un ensayo... el intento de hacer accequible un lenguaje propio, nacido de la profundidad del Yo, que no tiene - su existencia - porque ser un asunto cuestionable.
La Locura - repito - es impaciencia.
Por otro lado, el lenguaje propio sirve o no sirve, pero no debe ser explicado, porque entonces se cae en la muerte de la lengua propia, se cae en el mar de las lenguas muertas - patrimonio de la gran mayoría de nosotros (Ionesco ya lo expuso), mediante la explicación del Yo se cae a lo habitual muerto anulizándose de su capacidad fecundadora. Por lo tanto, quien se comunica a través de su propio lenguaje, está loco para algunos, pero para otros no. Una misma voz original no sirve para todos. El ser que la produce sabrá con quien funciona y con quien no. El funcionamiento es vida, fecundidad que se hace mutua, que alcanza el silencio que transmite en donde dos seres se saben sin necesidad de nada más... pero hay que saber ser antipático.
Siempre es posible llegar a adquirir mediante la fuerza de un intenso movimiento interior un lenguaje propio para el cual no alcancen las palabras, éstas quedan atrás, estériles, en su incapacidad de describir lo que se siente. El ser parece (se nos parece) alienado, pero se halla en un otro ámbito del mundo inalcanzable para nuestras mentes. Un contacto de su mano dice más que mil explicaciones. El ser se convierte en un receptor de otro ámbito del mundo y su comunicación se da a través de (su) energía. Él pudiera perfectamente ser una estatua que se hallaría cómoda en cualquier parte. El mundo, tal como lo conocemos ("tal como nos hacemos una idea de él") queda atrás, se ha borrado, ya no existe o posee un nuevo significado... se espera entonces ver el surgimiento de un otro ser más allá del horizonte de un desierto... y se espera también, no verlo. Pero se sabe que, sea lo que sea, todo anda bien.
¿Se entiende?
...
Vomitó sobre la hoja - no eras más que una larva apestosa - y se quedó contemplando lo que había salido junto con la bilis de lo más profundo de su ser... encontró constelaciones, marismas, paisajes; luego le echó laca y esperó a que secase. Escribió una larga nota sobre la interpretación de los paisajes; pero después se dió cuenta que eso sólo le incumbía a él. Tuvo sí, una ligera esperanza de que cada quien se inventase su mundo - tenía hambre - luego partió el cuadro en dos, después en cuatro, pero no lo botó, lo guardó, le parecía interesante; pero eso sólo le incumbía a él.
... Y después de tanto silencio había sido como si ella nunca hubiese existido, y en el fondo se lo agradeció; la miró a los ojos un rato y luego volvió a perderse nuevamente en sí mismo, esta vez agradecido.
Al retornar, con sorpresa, le dijo; "Tú y yo no necesitamos hablar". "No" - le contestó ella. Y, aunque parezca inaudito, continuaron en lo mismo.
(Una vez ella me dijo a mí (que no soy el narrador) "Cuando se perdía se transformaba; verlo, era como ver una película de la realidad". Guardé silencio, no dije nada. Otro día él me dijo "Era tan fácil perderme en mí mismo cuando ella estaba junto a mí, que el mundo entero desaparecía y perdía toda noción de espacio y de tiempo..." ... Extrañas simbiosis "Amistades" que uno encuentra en esta vida. Uno se alimenta de las pulgas del otro y a la vez consigue un hogar calentito en este mundo, pero el transfondo del fondo, sin lugar a dudas, es que a ambos les gusta estar juntos. Una vez - supe - le dijo él a ella "Contigo es la única persona con la que puedo estar completamente solo, solo incluso del mundo" Y lo dijo con amabilidad y sorpresa como quien descubre una revelación interna. Ella le dijo - supe -: "contigo es la única persona con la que me siento acompañada" Fueron de las pocas cosas - que se sepa - que se dijeron, todo el resto fue y, ocurrió en silencio. Más nunca supe nada más de ellos, todo el resto sólo se cree, sólo cosas que se dicen..., y cuando se dicen, sólo se dicen a solas, a sí mismas, como si uno estuviera siempre solo.)
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