Cerre los ojos y vi aquelle union insolita de mis miedos con mis rebeldias. No tenian cara eran solamente dos fantasmas materializados en una pelotita de dos colores. Yo quise acercarme pero eso seria como tocar la fuente del rio amazonas, seria matarme. Retrocedi sin dejar de mirarlos bien. Yo tenia todo para tocarlos, sin embargo ellos parecian indefensos como un capinchito sorprendido por alguna linterna. Que linda es la vuelta de un capincho para su arroyo. Me di cuenta que yo era el capincho, yo era el indefenso y la pelotita mitad rebeldia mitad miedo era portadora de una poderosa linterna con su luz apuntada en mi cara bien en mi cuarto, en el mismo instante en que algun capinchero del sur perdonaba un pichon de capincho.