Hay momentos en la vida en los que "parece" que todo conspira en contra de nosostros, todo "sale mal", nos sentimos sin fuerza para seguir "luchando", nuestra energía baja y baja y de pronto no vemos salida, no somos capaces de ver algún rayito de luz, todo es oscuro y nos enfadamos mucho con nosotros mismos por no ser capaces, en esos momentos, de tener las cosas claras. Pero hé aquí, mi amigo, donde está el secreto. ¿Por qué no aceptar esa parte oscura también? ¿Es que sólo vale la luz? No, esa parte oscura también forma parte de tí y de mí y de todos los seres humanos, por tanto también ha de amarse. Siento en estos momentos de mi vida, que estoy aprendiendo a aceptar eso también y, al paso de los días, me voy dando cuenta de que, en la medida en que me acepto y me amo tal cuál soy, mejor va mi vida. ¿Por qué no dar golpes a un pesado almohadón cuando estoy muy enojado? ¿por qué no llorar cuando lo necesito realmente? ¿por qué no sentirme triste si mi corazón así se siente?. Sí, todo pasa y eso también. Es como si de pronto, al reconocer esto y aceptarlo, mimándome en esos momentos también, mirándome al espejo y viendo cómo mis lágrimas recorren mis mejillas, permitiéndome sentir lo que siento, sin enfadarme más, las aguas vuelven poco a poco a su cauce, y la sensación del dolor que puedo sentir, no es desgarradora ni insoportable, es de muy adentro, es suave y limpia. Y así es la vida, las subidas se viven muy bien, las bajadas hay que vivirlas....
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