Quise ya no estar más,
en aquel mundo,
de caprichos e ilusiones,
y sin pedir permiso,a la guardia,
crucé la frontera,
hacía un mundo de verdades,
pero al llegar,que tristeza,
nadie vino a recibirme.
Solo recorrí sus campos,
y también sus ciudades,
por caminos de tierra o asfaltados,
y vi sus gentes,todos solos,
caminar por desniveles.
Unos más arriba,otros más abajo,
pero todos solos.
Recordé entonces las campiñas,
y las ciudades de mi otro mundo,
el mundo de ilusiones,
y quise volver a él,
pero esta vez la guardia
no permitió mi paso.
y es por eso que estoy aquí,
también yo,como todos,
caminando por los desniveles,
solo...
© Norberto Adrian Mondrik.
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