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“Espera Ilden, por favor no te vayas preciosa. No se que voy a hacer sin ti. Por favor, Ilden, te necesito. Tu eres lo mas preciado que tengo. ¡¡No te marches, por favor, por favor, por favor!!”


Se despertó entonces el hombre de su pesadilla. Estaba jadeando y llorando. Sudaba frío por chorros y continuo gritando 5 segundos. Desde hacia un a~o que murió su esposa no cesaban esas pesadillas. Ella había sido para el su mas grande amiga, su mas grande logro, su mas grande tesoro, su mas grande amor. Se había casado con ella desde los 18 a~os. Llevaba con ella 14 a~os de casado cuando ella murió, y aun en ese tiempo nunca dejo de estar enamorado. De hecho, parecía que se enamoraba de ella cada día mas y mas. Parecía que ese hombre vivía en dos mundos; uno ocupado por todos los que le rodeaban y otro ocupado solo por ella y el. Por eso cuando se fue, Noel no podía seguir con su vida.


Como la pesadilla lo despertó, sabía el que no podría volver a dormirse. Volteo a ver el reloj en la pared y vio que eran las 10:30… pero recordó que ese reloj no funcionaba. Siempre marcaba esa hora, esa maldita hora… pero trato de olvidarse de eso. Vio el reloj en su mu~eca y eran las 4:15 AM. Pensó que tendría un “poco” de tiempo extra antes de entrar a su turno en la estación de policía (era detective, especializado en el área de homicidios) Se levanto de la cama y decidió leer un poco hasta las 6:00 AM, hora en que abrirían las canchas de racquetbol.


Busco entre sus libros uno que le pudiera hacer olvidar un poco la realidad, y encontró “Narraciones extraordinarias”, de Edgar Allan Poe. Después de leer su cuento favorito de dicho autor (“Los Asesinatos de la Calle Morgue”), dieron las 6:00 AM. Tomo su raqueta y fue a la cancha solo, pero encontró a su compa~ero y se pusieron a jugar. Eran los dos excelentes jugadores, así que el juego se volvió en extremo competido y atractivo para espectadores. Pero, cuando el furor del juego llego a su apogeo, un recuerdo llego a la mente de Noel. Su esposa le decía “Me encanta jugar tenis contigo, Nol (ella siempre le decía “tenis al racquetbol). No le pegues tan duro a la pelota, Nol (ella siempre le decía “Nol” en lugar de Noel). Y, otra vez recordando con nostalgia a su esposa, no tuvo mas opción que dejar de jugar.


-“Vamos Noel, ya paso un a~o. Tienes que seguir adelante. No tienes que olvidarla, solo seguir viviendo. Deberías divertirte un poco, sabes. Oye, ¿Por qué no vuelves a salir con Ivette? A ella le gustaste mucho”- Le dijo Strauss, su compa~ero.
-“No puedo”-respondio el. –“Ilden fue, es, y será la única mujer en mi vida”- Respondió el, a modo de despedida. Tenia que alistarse para ir a trabajar.


Ya en su trabajo estuvo el mas relajado. Como ella nunca entro en su oficina, el no tenia memorias de ella en su trabajo. Hasta pudo bromear con sus compa~eros. Ese día hubo suerte. No había ningún loco matando gente, así que fue un día tranquilo de labores. Ya fuera de su oficina fue otra historia…


De regreso a su casa vio aquellos parques donde solían pasear juntos. Vio aquellas tiendas que ellos frecuentaban, incluso oyó en la radio la banda favorita de ella.


Cuando entro a su casa, volteo a ver el reloj de la pared, y eran las 10:30… “no, ese esta mal” pensó el. Eran las 6:15 de la tarde. Tenía hambre. Pero antes de que pudiera prepararse algo de comer, se empezó a nublar su vista, le daba vueltas todo a su alrededor, y se desplomo encima de su sillón reclinable…


Despertó tirado en el suelo frío boca abajo. Vio el reloj. Eran las 10:30…no, eran las 6:45 AM. Durmió aproximadamente 12 horas. Esto le pareció extra~o en sobremanera, sobre todo al recordar la forma que su sue~o empezó (con un desvanecimiento). “Nada de que preocuparse. Todo el mundo se desmaya”, pensó.


Fue al ba~o, y volteo a ver el espejo. Examino la cicatriz que tenia en la mejilla izquierda. Era profunda, pero no llamaba mucho la atención, aun con su gran tama~o. Esta cicatriz empezaba justo debajo del pómulo y terminaba a la altura del labio inferior. Esta se la había hecho Ilden una vez que fueron a acampar, cuando Noel le ense~aba a usar una navaja. Ella cortaba un pedazo de madera muy duro; por ende, tenia que usar mucha fuerza. Pero cuando por fin corto el pedazo, la inercia que llevaba la mano hizo que la navaja se encontrara con la mejilla de su esposo, provocando la cicatriz.


Ya, olvidando su cicatriz, se metió a ba~ar rápidamente y se alisto para ir a trabajar. Llegando a la estación, se encontró con la novedad de que era solicitado en el parque central, que había ocurrido un asesinato…


Llego a la escena del crimen y se encontró con la victima. Este era un hombre moreno con corpulencia masiva. Estaba tirado boca abajo, pero de todos modos Noel lo reconoció. Era el se~or que vendía palomitas de maiz con catsup desde que el parque había abierto (hacia ya 30 a~os).


Noel y su esposa frecuentaban el puestito desde que eran adolescentes. Ilden convenció a Noel de que probara esas palomitas con catsup, y desde entonces venían a comprarlas cada vez que iban al parque… pero, ¿Por qué todo tenia que recordarle a Ilden? ¡Aun frente a un cadáver! Entonces, como si los demás policías se hubieran dado cuenta de lo que estaba pensando, se sonrojo. Pero, a causa de esto, el puso mas atención al cuerpo.


Cuando voltearon boca arriba el cadáver del caballero, vio que tenia puesto un antifaz y tenia una cortada en la yugular (lo habían degollado). Entonces, como si fuera algún tipo de adivino, imagino como el asesino había usado una navaja filosisima. Imagino como lo había tomado por sorpresa, y como se había escabullido entre los árboles. Pero, se sorprendió con su hipótesis, por que no la había imaginado. Mas bien, era como una visión…


Cuando verifico en las pistas si esto era cierto, comprobó que estaba en lo correcto. El asesino había dejado huellas en la tierra que terminaban en la base de un árbol. Al parecer lo había trepado. Y, como los árboles en ese parque estaban demasiado juntos, el asesino pudo haber corrido a cualquier parte sin dejar vestigio alguno. A sabiendas de esto, y de que no tenia testigos, Noel estaba estancado.


Volvió a su casa esa tarde queriendo olvidarse de todo. Como no soportaba ya estar en su casa, acechado por los recuerdos de su esposa y la presión del nuevo caso, decidió ir al taller de escultura en piedra para acabar esa figura que nunca termino.


Era la escultura de un león imponente. Noel le fue dando forma con una rapidez impresionante. Todos notaron que antes de que llegara, la figura solo tenia marcada la forma, y que con solo dos horas que estuvo Noel ahí, ya había agregado detalles como las garras y el rostro, que reflejaba la fiereza de un león real. Al cabo de un rato, una joven no pudo contenerse al verlo trabajar de tal forma, y lo interrumpió preguntando: -“¿Quién le ense~o a esculpir? ¿En que piensa mientras lo hace?”-


Noel le respondió –“Me ense~o mi esposa. Para darle forma a la piedra, solo sigo un consejo que ella me dio. Ella me decía, ‘si algo te estorba, quitalo. Si algo te molesta, destruyelo’.”-


En cuanto dijo esto, Noel no tuvo mas que salir de ahí y emprender camino vuelta a su casa, ya que el recuerdo de Ilden otra vez lo había poseído.


Una vez que Noel estuvo dentro de su casa, otra vez se sintió desvanecer, tal como la noche anterior. Antes de que su vista se nublara, vio que eran las 8:30 PM en su reloj de mu~eca. Y, otra vez, oscuridad llego de golpe a sus ojos.


De pronto, de la oscuridad empezó a resaltar una silueta. Noto el que era la silueta del rostro de una mujer. Cuando se aclaro mas, supo que era la de Ilden, pero parecía mucho mas pálida. Cuando por fin la silueta se aclaro completamente, vio que el rostro de Ilden parecía el de un muerto viviente…


Cuando volvió en si, eran las 9:45 AM. “Ya se me pasara. Debo estar enfermándome.”, pensó cuando se acordó que otra vez había desmayado. Se levanto del piso helado, y, sin fijarse siquiera en el espejo, entro al ba~o. Sabia el que iba tarde a su trabajo, así que solo se mojo en la regadera para quitarse el hedor del sudor de la noche anterior y se vistió, pero sin preocuparse realmente. Sabia que Strauss lo iba a cubrir, y era poco probable que tuviera otro caso.


Cuando llego a la estación, supo que estaba en un error. Strauss no lo había cubierto, y aparte tenia un nuevo caso. Lo necesitaban urgentemente en la clínica medica del oeste de la ciudad, ¡y el iba dos horas tarde a la escena!


En camino a la clínica observo el camino. Era el mismo que tomaba para llevar a Ilden al medico. Ella sufría una extra~a enfermedad. Esta hacia que Ilden tuviera episodios donde no podía controlar su cuerpo. A veces la enfermedad la hacia desmayarse y parecer que estaba durmiendo. Otras veces la hacia convulsionar. Incluso había veces que hacia que Ilden tomara el aspecto de un zombie; pero cuando esto sucedía, ella no tenia ningún síntoma. Nunca pudieron diagnosticar lo que ella sufría.


Cuando llego a la clínica, el olor que despedía aquel edificio le gritaba “ILDEN”, pero tenia que imponerse. Cuando por fin vio el cadáver, Noel palideció. Era el doctor Ferg, el mismo que había atendido a Ilden por a~os. No pudo evitar pensar que en cierto modo merecía estar muerto. Había sido por el que su Ilden había muerto, y por el Noel perdió su fe en los médicos. Pero, ignorando esos pensamientos, se concentro en el crimen en si.


Este cuerpo también estaba boca abajo. Por eso, mucho antes que lo voltearan, el sabia que había sido el mismo demente. El cadáver tenia un color azul grisáceo en el rostro, y tenia todo el pecho y el estomago empapado en sangre. Y, como también había estado esperando, tenia un antifaz puesto.


Otra vez en su mente “vio” como el asesino le había hecho tomar veneno, como si fuera “una probada de su propia medicina”. Después “vio” como el asesino tomo el escalpelo y le abrió el estomago, como para “sacarle la medicina”. Después, “vio” como el asesino había huido por la parte trasera, rompiendo una ventana y escapando por ella.


Cuando observo el cuerpo, supo que otra vez su hipótesis era correcta. En su garganta hallaron vestigios del veneno, y en el abdomen tenia una fisura inmensa que solo podía haber sido provocada por un escalpelo.


Volvió Noel a su casa esa tarde sin deseos de hacer absolutamente nada, así que tomo el libro de Poe, se tiro a su cama y lo “devoro” toda la tarde, hasta las 11:00 PM, hora en que se fue a dormir.


De pronto, sintió que había alguien a su lado. Volteo, y con gran asombro vio que era Ilden. Se sorprendió también por que noto que ya no estaba en su cama, si no que ahora estaba en un bosque inmenso. Cuando se dio cuenta de esto, vio que Ilden extendió su mano para tocarlo, pero se detuvo justo antes de hacer contacto. Y, riendo, se echo a correr bosque adentro. Noel corrió detrás de ella gritándole: -“¡Ilden, por favor no te vayas! ¡Tu ausencia me destroza! ¡No lo ves, no puedo vivir sin ti!”-
Pero ella se limitaba a voltear atrás, sonreírle, y correr mas rápido. De pronto, a medio bosque, desapareció. Noel, vuelto loco por esto, gritaba frenético –“¡NO TE MARCHES! ¡NO ME DEJES SOLO!”- Después, se limito a sollozar y a susurrar –“¿Por qué Ilden, por que, por que? ¿Por qué me dejas solo en este mundo?...


Despertó Noel llorando, ba~ado en sudor y temblando. Otra vez la maldita pesadilla. Se veía tan real y tan hermosa su Ilden…. Volteo a ver el reloj. Eran las 10:30… no, el reloj de la pared estaba mal. Siempre marcaba las 10:30; esa maldita hora. Era la hora que mas dolor le traía . Tal vez si el reloj hubiera funcionado y no hubiera marcado perpetuamente esa hora ella seguiría viva.


Recordó Noel con dolor al ver el reloj como una noche, estando en la misma sala, como la abrazaba. Ella estaba celebrando que su cuerpo se había fortalecido, y no había tenido ningún colapso en dos semanas enteras. Se sentía tan bien que buscaba cualquier cosa fuera de lugar para arreglarla. Acomodo las sillas en la mesa, puso un cuadro en la pared, incluso barrio el piso de toda la casa. Estaba ella satisfecha cuando noto que el reloj de la pared ya no tenía cuerda. Se había detenido en las 10:30. Entonces ella, decidida a arreglar este detalle, tomo una silla y se dispuso a arreglarlo, pero Noel se opuso. Ella le insistió que debía hacerlo, –“En mi casa no puede haber algo sin funcionar, y menos si la mujer de la casa ya esta sana”-, le dijo Ilden. Así que se trepo a la silla y se dispuso a darle cuerda al reloj. Pero, justo cuando ella extendió la mano para tocar el reloj, ella sufrió un colapso. Cayó desde la silla al piso duro, y permaneció inerte, aun cuando la llevo a la clínica. Jamás regreso después de eso. Por eso, esa hora le traía a Noel tanto dolor.


Pero, haciendo esto a un lado, vio el reloj en su mu~eca. “5:52, justo a tiempo para jugar racquetbol con Strauss”, pensó Noel. Y, como era costumbre, fue y se encontró a Strauss en la cancha. Strauss, de inmediato noto las ojeras de Noel. –“¿Has tenido noches duras, verdad?”- Le pregunto Strauss a Noel. –“Si, desde que murió Ilden he tenido pesadillas con ella.”- Le contesto Noel. –“Noel, en verdad me preocupas. No has hecho nada mas que lamentar la muerte de tu esposa desde que murió. Noel, por que no vas con el psiquiatra. Eso te ayudara con tu dolor. Además, esto podría tener alguna repercusión psicológica.”- Le dijo preocupado Strauss. –“Mira, honestamente, yo ya no creo en los doctores. Aparte, no creo que sea tan grave.”- y, en cuanto termino de decir esto, recordo los desvanecimientos. “Seguramente es por las defensas bajas. No hay por que mencionarle esto a Strauss. Solo se preocupara en vano”, penso el. –“No te preocupes, voy a estar bien, Strauss.”- termino Noel.


Terminaron de jugar mas temprano que de costumbre; “no vaya ser que toque otro caso”, penso Noel.


Llego a la oficina a las 7:30 AM, media hora antes, pero ahora no tenia un nuevo caso. Ahora podia examinar mas de cerca los casos anteriores. Examino las fotografias de las escenas de ambos crímenes. Examino las fotos de los cuerpos tendidos, de las huellas, de las manchas de sangre… de todo. Y finalmente se topo con las fotos de los rostros con los antifaces.


Al examinar los antifaces, noto que ambos eran igual en forma. Ambos cubrian todo el lado derecho del rostro y solamente el ojo izquierdo, dejando el lado izquierdo desnudo. Después de analizarlo mucho, imagino el antifaz puesto en el. Imagino como se vería el antifaz puesto en el. “Vaya, el antifaz cubriría todo menos mi cicatriz si me lo pusiera”, pensó en voz alta, mientras cubría su rostro con las manos simulando el antifaz, frente a un espejo.


Y, como si fuese una maldición, recordó que a Ilden le gustaban los antifaces. De hecho cuando la conoció en una fiesta (los presento un amigo suyo), ella llevaba puesto un antifaz… pero no podía dejar que los recuerdos de Ilden penetraran en su trabajo.


Volvió a casa, pensativo, observando el paisaje que, para “variar”, le recordaba a Ilden. Ya en casa, quiso olvidarse de todo. Quería hacer ejercicio, pero empezó a ver todo negro. Le daba vueltas todo a su alrededor, la oscuridad llego de golpe a su vista y cayo de bruces al piso.


De pronto, se hallo nuevamente frente a Ilden. Ella le sonreía, pero no se acercaba a el. Cuando Noel se acerco, ella se echo a correr hasta que se perdió de vista. Noel corrió detrás de ella, y la encontró en medio de un bosque espeso. –“¿Por qué no me dejas estar contigo?”- le grito Noel a Ilden. Ella no le respondió. Solo le sonrió, y se echo a correr bosque adentro. Noel otra vez se echo a correr detrás de ella, sin poderla alcanzar. Pero, mientras mas corría y se adentraba en el bosque, sentía un calor infernal, como si el bosque estuviera en llamas. Pero no le importo. Siguió corriendo detrás de Ilden. Y mientras corría, Noel le imploraba en lagrimas: –“Ilden, peque~a, regresa por favor. Si no, ¡ayúdame a vivir sin ti! ¡Ayúdame a soportar el eterno acoso de tu recuerdo! ¡Haz algo para que no todo me recuerde a ti!...”-


En ese momento lo vio. Vio al asesino. Lo vio con el antifaz puesto, y la navaja en la mano. Lo vio mientras caminaba despreocupadamente. El asesino lo volteo a ver, le sonrió, y siguió caminando. Y, antes de que Noel pudiera reaccionar, la vista de Noel otra vez oscureció.


Despertó tirado en el piso, en su casa. Estaba confundido. ¿Por qué había visto al asesino en su desvanecimiento? No, pero no lo vio en su desmayo. El estaba despierto cuando lo vio. Recordó como el tipo del antifaz había volteado a verlo, y como le sonrió. Fue una sonrisa amable. Fue como la sonrisa que tiene una persona amable haciendo una buena acción. ¿Por qué esa sonrisa benévola? ¿A quien le estaba haciendo un favor?


Pero, entre tanto caos, solo supo algo de seguro; había otra victima. Tal vez esta victima ayude a clarificar un poco el caso, o por lo menos que produzca una pista. Eran las 7:20 AM. Tenia que darse prisa para el trabajo.

En camino al trabajo, mientras se hacia paso a través del trafico(extra~amente denso), busco en la guantera una menta. Pero, en lugar de eso, encontró una foto de Ilden. Ella estaba dándole un beso en la mejilla izquierda a Noel (en la cicatriz para ser exactos). Al reverso de la fotografía había una dedicatoria escrita que decía: “Eres solo mio, mio, mio, y para mi.’ Detrás de la foto estaba una peque~a escultura de un águila que ella tallo de una piedra peque~a. “Si te estorba, quitalo. Si te molesta, destruyelo”, fueron las palabras que le vinieron a la mente.


Y justo cuando pensaba en esto, Noel vio lo que ocasionaba aquel trafico tan inusual. Eran los bomberos y la policía obstruyendo el paso. Estaban apagando un incendio. ¡Alguien había puesto un parque en llamas! Y, cuando fijo la vista en el, se dio cuenta de que el parque quemado era aquel en el que el solía llevar a Ilden a pasear… “Bueno, por lo menos ya no me la recordara tanto”, pensó el.


Llegando a la oficina, se mostró impertérrito cuando le informaron de un nuevo asesinato. El lo esperaba. Era en el centro comercial, que casualmente estaba cerca de la casa de Noel.


Entrando al centro comercial, se quedo maravillado con la cantidad enorme de espejos que había ahí. Las paredes estaban repletas de ellos. Estos le daban un aspecto sicodélico al lugar. Y, de la nada, recordó la visión del hombre del antifaz… Recordó como lo había visto, como le había sonreído…


Pero, volviendo a la realidad, venia a atrapar al maldito, no a deslumbrarse frente a un espejo. Volvió la vista hacia enfrente y noto que todos los policías se amontonaban en la séptima puerta del lado derecho. Esta era una tienda peque~a…y Noel la conocía. Cuando entro, no le sorprendió reconocer a la victima. Era Jorge Walitz, el relojero. De hecho, el había construido el reloj de cuerda que estaba en su pared. Aquel que siempre marcaba las 10:30; aquel que significo la muerte de Ilden… Y viendo al humilde relojero con el antifaz puesto y el cuerpo empapado en sangre, la verdad le llego de golpe.


Ahora comprendia. Todo giraba en torno a Ilden. El se~or de las palomitas con catsup; el medico que no la pudo curar; el relojero que construyo el reloj que la mato. Debía ser un loco obsesionado con Ilden. Ahora, mas que nunca, debía atrapar al asesino.


Investigo el a sus amigos, ex-novios, conocidos, e incluso familiares, pero no encontró nada fuera de lo normal. Quiso adivinar la próxima victima, pero, según el patrón anterior, tenia demasiadas buenas opciones como para concretar una en especifico. El maestro de escultura en piedra, su maestro de violín, el cantante de su banda favorita, incluso Noel en si, eran varias opciones. Pero, de todas las opciones, le encanto la idea de ser la siguiente victima. Le encanto la idea de que el criminal iba a venir hacia el, ya que no quería seguir buscándolo. El deseaba ser la siguiente victima… de esa manera el conejo podía matar al cazador.


Pero, justo cuando estaba pensando esto, se arrepintió; por que justo en ese momento la vista se le empezó a nublar y empezó a tambalearse. Si en verdad el asesino estaba acechándolo, el seria terriblemente vulnerable a un ataque suyo, ya que iba estar desmayado. Y, casi resignado a morir, cayo inerte al suelo.


Memorias de Ilden llegaron de golpe. Aparecían en orden cronológico inverso. La vio tendida en la cama del hospital; después, la vio arreglando el reloj; después esculpiendo piedra; jugando racquetbol; entre árboles en un bosque inmenso; con un antifaz puesto durante aquella fiesta de disfraces en que la conoció… y vio al amigo de ella que los había presentado, que también traía un antifaz.


En eso llego a su mente una visión. Y le sorprendió lo que veía. Otra vez vio al amigo de ella, pero no igual. Ahora se veía mayor, como de unos 30 a~os, contrastando con la figura juvenil que tenia cuando lo conoció. También traía un antifaz, pero ahora estaba ba~ado en sangre… Y, una vez visto esto, volvió a su sue~o.


Cuando volvió a despertar, eran las 9:30 AM. Sabia que era muy tarde, pero tenia la mente fija en el asesino. Llego a la oficina, y lo mandaron a un domicilio. Al llegar ahí, su instinto le dijo que ya había visto al muerto. Era el amigo que los había presentado, Edgar Marquez. Tenia dos hoyos en el estomago y la garganta rasgada, al parecer con una navaja.


Al regresar a casa, se sentía mucho mas confundido ahora que tenia una pista que al principio que empezó el caso, que no tenia nada. El asesino no solo estaba obsesionado con Ilden, sino que al parecer estaba obsesionado con los dos. Estaba obsesionado con la relación de Ilden y Noel.


Supo que el asesino tenia que estarlo espiando, si no, como sabia todos esos detalles de Ilden. Tenia el presentimiento que el asesino estaba dentro de la casa, junto con el. Y, justo cuando acabo de pensar eso, se le nublo la vista se desvaneció. “Este es mi fin”, pensó antes de caer inerte al piso.


Noel vio a Ilden que se acercaba a el, pero el no se podía mover. Permanecía paralizado en su lugar, deseando poder tocarla otra vez. Pero ella se detuvo a un metro de el. Seguía avanzando con sigilo, muy lentamente hacia el. Noel la veía, y quería estirar sus brazos y estrecharla, pero no podía. Y, otra vez se detuvo a centímetros de el, pero esta vez empezó a retroceder…


Y, para su gran sorpresa, despertó. Estaba sentado en el sillón reclinable, y el teléfono estaba descolgado. Vio el reloj de su mu~eca. Eran las 7:30 PM. Cuando levanto la vista, vio el reloj de la pared. Vio que sobre el reloj estaba un sobre, y colgado del reloj estaba…¡un antifaz! Estaba seguro de que el asesino había estado en su casa mientras el estaba desmayado.


Se levanto del sillón y fue hacia el reloj. Abrió el sobre. Adentro estaba la foto en la que Ilden le besaba la mejilla, y junto a esta estaba un pedazo de papel. El papelito decía : Ivette: 687-4519. Era el numero telefónico de la única mujer que Noel había invitado a salir después de que murió Ilden.


Strauss se la había presentado hacia tres semanas (1 antes de que encontraran el primer cadáver). Ella era hermosa. Era alta, de tez morena clara y figura con curvas pronunciadas, pero esbelta. Tenía piernas moldeadas, y atributos femeninos que aunque eran un tanto voluptuosos, asentaban con gracia en su figura esbelta, liviana y alegre. Tenia la boca chiquita, unos labios delicados y una sonrisa hermosa. Y, en su rostro se asomaban unos enormes ojos negros de cautivante belleza.


Noel simplemente se quedo maravillado ante tanta belleza. Y, para hacer el asunto aun mejor, ella le pareció perfecta en cuanto a forma de ser. Ella era alegre y sonriente, inteligente y graciosa. Le gustaba mucho ir a fiestas y el bullicio; pero era notable que le gustaba la reflexión y la literatura. Era muy buena conversadora, pero no hablaba de más. Le gustaba bailar, y también creaba su propia música (tocaba el violoncelo). Era una de las mujeres mas completas que el jamás había visto.


Noel la invito a bailar. Y, durante toda esa noche, Noel se olvido por completo de Ilden. Bailaron; primero muy tímidamente, pero después la temperatura fue subiendo entre ellos. Sus cuerpos rozaban apasionadamente y se hablaban al oído. Alrededor de la media noche, decidieron ellos salir a dar un paseo. Cerca del salón de baile al que fueron estaba un laberinto de cristales y espejos, famoso por su enorme tama~o y su dificultad para encontrar la salida una vez dentro. Así que, decidieron ir ahí.


Una vez ahí, Yvette y Noel siguieron platicando, hasta que Noel no pudo mas. La tomo de la cintura, la apoyo en un espejo, recargo su frente en la frente de ella, y justo cuando la iba a besar, sintió la mano de Ivette en su rostro. Le acaricio la mejilla izquierda (justo donde tenia la cicatriz), tal como Ilden lo hacia. Eso le trajo a la mente a Ilden, y comprendió que para el no existía otra mujer mas que Ilden. Aunque le gustaba, Yvette no podría ocupar el lugar de Ilden. Así que la saco del castillo de espejos, la llevo a su casa, y no le volvió a llamar.


Volviendo en si, noto algo más en el reloj. En lugar de marcar las 10:30, como siempre, marcaba las 9:30. Entonces fue que lo comprendió. Al ver el reloj(que marcaba las 9:30), el teléfono de Ivette, la foto de Ilden y el antifaz, comprendió que el asesino le estaba diciendo todo del próximo asesinato. Seria Ivette la próxima victima, justo a las 9:30 PM. Miro el reloj. Eran las 8:30. Tenia tiempo para ir a la casa de Ivette y quedarse con ella para atrapar al asesino. Así que, tomo su arma, se vistió, pero justo cuando iba de salida, su vista empezó a nublarse y se desvaneció.


Despertó, y para su sorpresa, estaba caminando en la calle. Eran las 8:45. Recordó a Ivette, recordó que tenia que ir a su casa. Le asusto la idea de no saber por que estaba caminando. Se asusto mas al ver que llevaba el antifaz en la mano. En eso, volvió a sumirse en su sue~o.


Volvió a despertarse. Eran las 9:30. Siguió caminando dormido, y ahora estaba en un lugar que no conocía. De pronto, una casa le pareció familiar. Era la casa de Ivette. Comprendió entonces que era algún tipo de sonámbulo, y que hacia cosas inconscientemente cada vez que se desvanecía.


Se acerco entonces para tocar el timbre cuando vio una notita que ella puso junto al timbre. Decía: “Estaré esperándote en el laberinto de espejos”. En cuanto termino de leer la nota, se volvió a desvanecer.


Cuando despertó otra vez, Noel estaba dentro del laberinto de espejos. Vio a lo lejos a Ivette, pero no podía llegar a ella. Tenia que encontrar paso por entre los cristales y los espejos. Y la vista se le nublo.


Despertó. Se acercaba mas a ella. Oscuridad. Abrió los ojos y busco desesperadamente a Ivette. Se cerraron de nuevo sus ojos. Los abrió otra vez, solo para ver que tenía a Ivette frente a frente. Ella le dijo –“Se que quedamos en vernos en mi casa cuando llamaste por teléfono, pero me pareció mas interesante encontrarnos aquí”- Noel se quedo pensativo. “Pero, yo no la llame”, pensó el. Pero eso no importaba. Tenia que encontrar al asesino. Y de pronto, lo tuvo frente a sus ojos. Estaba a 20 metros de el. Llevaba el antifaz puesto y una navaja en la mano. Pero, justo cuando quiso tomar la pistola que traía, la visto se le nublo, y se desvaneció. Cuando despertó, Ivette estaba en el piso, ba~ada en sangre, degollada. Alzo la vista y vio que el asesino lo miraba. Estaba justo frente a el. Noto que el asesino llevaba una navaja en una mano y una pistola (igual a la suya en la otra) en la otra mano.


Y cuando Noel corrió hacia el asesino, se sorprendió al ver que el asesino también corría… pero en dirección hacia el, confrontándolo. Seria un duelo de balas. Pero en lo que iba corriendo noto que al asesino se le escapo el revolver de la mano. Noel pensó en aprovechar esto, pero se dio cuenta de que el tampoco tenia la pistola en la mano. Y aun asi siguió corriendo hacia el asesino. Fue hasta entonces que Noel noto que en la otra mano(contraria a la que había sostenido el revolver) tenia una navaja, y estaba manchada de sangre. Y, ahora con la seguridad de que el también tenia un arma, siguió corriendo hacia el asesino. Y, por su parte, el asesino hacia lo mismo. Y, cuando Noel lo tuvo a un metro de distancia, se lanzo hacia el en un salto del tigre…


Y, para su sorpresa, se dio cuenta de que se había lanzado contra un espejo. Había trozos de vidrio en todo el piso, y noto que el estaba sangrando. Se levanto, y cuando alzo la vista lo vio otra vez. Vio al asesino, con una navaja clavada en el estomago…


Entonces, muy sigilosamente, comenzó a caminar hacia el asesino. Se acerco, y vio, para su sorpresa, que el hombre del antifaz tenia una cicatriz en la mejilla, justo en el lado que no cubría la mascara. Pero, no, no era otro hombre. Era un espejo. Noel traía puesto el antifaz.


Entonces, la verdad llego cruda y rápidamente a la mente de Noel. El era el asesino. El había creado otro perfil psicológico. Los dos perfiles eran totalmente distintos, y solo una cosa los unía: Ilden. Pero, también era diferente su manera de tratar con la perdida. Mientras Noel trataba de resignarse a la muerte de su esposa, Antifaz destruía todo lo que le recordara a Ilden. El mismo había matado a todas esas personas que le recordaban a Ilden.


Y, justo cuando termino de entenderlo, llego a su mente una frase: “SI TE ESTORBA, QUITALO. SI TE MOLESTA, DESTRUYELO.


Miro el reloj. Eran las 10:30. Hora en que finalmente se reuniría con su esposa. Hora en que en verdad murió, hacia un a~o.


Y, Noel se quedo frente al espejo, mirando impertérrito, si no con calma, como el hombre del antifaz se desangraba, y balbuceaba sus ultimas palabras: -“Ilden, Ilden, Ilden…”-

Texto agregado el 27-07-2005, y leído por 164 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
29-03-2008 Atrapador.. Si leia a Poe era de esperar que pasara algo por aquella mente. Sus 5* lovecraft
31-07-2005 Muy atrapante tu cuento y entendible mi querido. mis***** son para ti, tienes muy bien manejados los tiempos y las escenas. felicitaciones. besos nilda nilda
27-07-2005 esta muy bueno, bien narrado, tiene todos los ingredientes para un que el lector quede enganchado. Felicitaciones corazonpartio
 
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