Desperté con una premonición, tal vez solo es el rezago de un sueño tedioso, pero sabia que hoy algo seria diferente o algo pasaría, algo fuera de lo común.
No note nada extraño, todo estaba igual el gris de la paredes, ese gris que fue invadiendo la casa, pues era un departamento pintado de color azul, pero poco a poco el color se fue cayendo hasta tomar el aspecto que tiene ahora, los focos con un voltaje muy bajo, el piso que crujía sin razón por que el departamento era relativamente nuevo, en fin todo igual, la cama desecha y la cocina hecha un desorden, la misma luz de ese sol que me seguía y me atormentaba, un sol que no alumbra pero quema la piel y el alma, pero sabia que algo había de nuevo en se agujero de soledad.
Hice un lado mis fantasías de niño y me dispuse a desayunar, lo mismo de todos los días, nada, pues desde que entre a trabajar todo me sabe a nada, no importa cuan suculento parezca el platillo el sabor siempre es el mismo, un sabor invisible y un aroma vacio así que todos los días desayunaba lo mismo, nada con un poco de agua y a veces una pizca de sal.
Hoy era un día mas, pero afortunadamente no tenia que ir a trabajar, hoy no era el día de siempre, no tenia que soportar a empleados subordinados e incompetentes, hoy no resolvería problemas de otros, ni vería la cara de mi jefe que se las daba de rey mientras un sequito de hambrientos le hacíamos su trabajo, no saldría para nada, no tendría que verle la cara a mi vecina ni aguantar sus quejas sobre su matrimonio imaginario, tampoco vería al perro que siempre me ladraba y si por el fuera escaparía solo para buscar un pedazo de bistec en la basura por que en verdad lo alimentaban muy mal, creo que por todo eso el día no pintaba tan mal.
No se como me veo hoy si feliz o triste si mi cara hoy esta mejor que como la recordaba, pues no tengo espejos, me canse de que mostraran mascaras en vez de mi rostro verdadero, día a día me mostraban algo diferente, algo que no era yo, el único espejo que me mostraba la verdad se rompió tras reflejar el vacio en mis ojos, no se por que hoy me acorde de eso, tal vez por que en verdad quería saber si hoy estaba feliz, si mi rostro lo mostraba, por que se que mi alma me ha engañado tantas veces que no confió ya ni en ella, pero algo me trataba de decir por que seguía sintiendo algo nuevo,
algo que pasaría.
Sigo con mi rutina, ahora abro mi armario, ahí estaban mis pocas pertenencias, dos trajes, un sombrero y mis libros, lo curioso es que el color se conservaba en el armario, pero al lado de el en vez del gris habitual un negro empezaba a aparecer, lo descubrí el día de la muerte de mi único amigo, a veces pienso que trata de apoderarse de la casa, pero por ahora no me preocupa eso, sino el montón de ideas que me venían a la cabeza, solo eran ideas, ya me había pasado eso, ideas sin sentido en mi mente, pero ahora algo era diferente por que no provenían de mi cabeza sino de mi alma, pero como le hago caso a mi alma me dispuse entonces a ir de nuevo al cuarto de la meditación al menos así me lo vendieron cuando compre el apartamento, ahí mis recuerdos están guardados por cajones según el año y la persona que interviene.
Entre y cuando lo hice note algo distinto, un cajo estaba abierto, eso nunca pasaba, nunca nada estaba abierto, pero hoy si, un cajón estaba mostrando algo, algo nuevo, me acerque y lo vi un colibrí muerto encima de lo único que había dejado un amor de años atrás, un amor que me olvido por la imagen difusa de un dios que le ofreció vivir en el olimpo pero que al final no le cumplió, ese día me desperté y ella estaba ya cambiada algo que no era normal, me dijo que iba a dejar una carta, recuerdo su vestido rojo uno que yo le regale, un peinado normal, pero una actitud diferente, me dio un beso y se fue, solo dejo un vestido de lujo que también le compre, una pluma sin tinta y una carta sin letras donde me explicaba que se iba por que no soportaba el ambiente desolado del departamento, ni el modo en que la pintura se tornaba gris, se iba por se canso de comer carne invisible, pero a modo de consolación me dijo que siempre me recordaría, pero eso no paso, por que al instante que se fue, el perfume con que adornaba la casa se fue, como indicio de su olvido, ya nada le pertenecía aquí, ahí encima del vestido rojo que también se había decolorado, y no solo eso, los brillantes se convertían de nuevo en carbón, ni las polillas querían devorarse eso por sabría que les haría daño comer falsedad y engaños, ahí acostado, inerte, sin color alguno estaba un colibrí, parecía haber estado ahí desde hace tiempo aguardando el dìa en que volviera a recordar el olvido de mi amor vacio, no hice nada lo deje ahí.
De camino a mi cuarto, en donde marque la silueta de la sombra que una vez mate, encontré otro, o era el mismo?, no lo se, pero era la misma figura, un colibrí sin color muerto, yacía en el lugar donde marque el cadáver de mi sombra, que un dìa mate, sin mas la mate, el dìa en que mi padre quedo atrapado en la botella que le robo a una gitana, una botella que nunca se acaba y que esta encadenado a mi padre, ese dìa fue que la mate, me canse de esa sombra de éxito y de miedo, de soledad y de angustia, fue fácil tome un cuchillo y con ella acuchille sus entrañas, hasta que cayo, su cadáver se desvaneció sin dejar rastro, pero yo marque el lugar donde por fin venía mi pasado, ahí estaba el colibrí muerto.
Lo tome, pesaba demasiado, como una estatua, parecía una, la lleve al cajón contiguo donde esta el otro.
Una brisa extraña invadía el lugar, así que de nuevo me dirigí a mi cuarto, pero me lleve una gran sorpresa, el colibrí que había recogido seguir ahí en su lugar de muerte, miedo y calofríos llenaron mi ser en ese momento, los mismos como cuando vi a mi amigo muerto por el mal de la soledad, tu sabes el mal que llega poco a poco y te va carcomiendo por dentro hasta que explotas por dentro y sale para después tratar de invadir otro cuerpo, ese calofríos que sentí cuando me invadió la enfermedad, igual que cuando me di cuenta de mi enfermedad, me paralice y no hice nada la respecto, solo
seguí caminando hasta mi cuarto y cerrar esa ventana que causaba temor.
Y ahí lo vi un colibrí vivo, revoloteado en la ventana que pinte para no sentirme aislado del mundo, esa ventana ficticia la que yo hice, pero que hoy servia para que entrara un colibrí, con todos sus colores un magnifico colibrí, ahí estaba aguardando a que lo montara y me llevara a conocer su mundo, y así lo hice, lo monte y me llevo a ese mundo mágico, un mundo lleno de colores de alegría de verde, de azul y de todos los colores de la luz, árboles por doquier y sobre todo felicidad infinita, un mundo del que pocos sabían, entre ellos la gitana que me lo contó, me dijo que los colibríes venían al mundo solo para llenar al mundo de alegría y que solo el que comprendía eso podría admirar a los colibríes a cualquier hora en su corazón.
Estando frente a el, ignorando si el viaje fue verdad o fantasía lo comprendí, pero la imagen se borro por acción de los fantasmas que habitan mi mente, en ese momento lo vi, lo vi morir frente a mis ojos caía sin color, sin vida, mi mente destrozada y mi alma desolada solo se preguntaba por que? Por que si había comprendido el secreto había muerto frente a mi?,
El sonido de los moustros de mis libros me alejo de esa idea, las criaturas de mis cuadros también se alborotaron, pero todos se torno silencio en cuanto vi a los otros colibríes muertos frente al único recuerdo que todavía quería conservar, el recuerdo de mi madre.
Continuará.
Ser ahí.
|