Los dedos del silencio peinan su cabello castaño como la mirada que se cuela por la pared. Con la mirada al cielo en una plegaria desciende al fuego, mujer pies de hierba enraíza mi costilla en un versículo fugaz. Alejando en una humedad, rubí apretado, a la luz se cortan las manos, y en el suelo fermenta [solo el mar de un beso abre los ojos ahogados]
Texto agregado el 26-07-2005, y leído por 286 visitantes. (4 votos)