….eran las 3pm, y me despedí de mis maestros, me subí en aquel bus grande, con pintura azul, y su olor calido, me senté en la parte trasera y por un instante me quede dormido, soñé que estaba jugando y que podía volar, hasta que un pequeño salto del bus, me hizo terminar mi lindo sueño, abrí mis ojos, y mire al frente, veía el conductor y la profesora, veía todos mis amigos riendo y jugando, veía sus maletas y sus pequeñas lóncheras de plástico, veía mi familia.
Mi familia? Si por un instante veía todo, veía a mi hermano recién nacido, veía mi primer golpe, mi primer muñeco, veia como aprendi andar en bicicleta, y la primera vez que fui al mar, vei el ultimo pastel de cumpleaños con sus 14 velas, mi papa disfrazado de papa noel veía toda mi familia, lo veia todo en tan solo un instante.
Todo se oscureció y me dio mucho miedo, no veía nada he quedado ciego; no sabia que hacer, ni pensar, había mucho ruido, escuchaba las voces de mis amigos gritando y llorando, pero no los veía.
De repente vi la luz, vi a mis amigos, ya no estaba ciego..
los veo con alas, escucho las vos de mi papi y mami diciendo viven en nuestros corazones, veo también mis alas, siento paz, siento felicidad y tranquilidad, siento que soy un angel….
andres(nore)
“Viven en nuestros corazones” fue el grito silencioso que familiares, estudiantes, autoridades y ciudadanos expresaron para demostrar que los 21 niños del Agustiniano Norte, víctimas de la tragedia del bus escolar registrada el pasado 28 de abril del 2004, están presentes.
|