A mi madre

Ante la muerte
reconstruimos tu vida
agradecemos lo vital
la esencia
el ADN mágico
que marca la diferencia,
aquello que no se transa.

Repaso mi discurso
mi despedida
y con ello tu vida
tu siembra
tus hijos, tus nietos
tus compañeros

Ida la matriarca
nadie levanta tu cetro
el lápiz
nadie crea aromas incitantes
y el cucharón permanece mustio
nadie quiebra el silencio
con palabras dulces

Ida la esencia
la diáspora nos acoge
huérfanos de sentidos
huérfanos de rumbo
huérfanos de ti
las voces se apagan
y los rostros se diluyen

Pero nuestra semilla
multiplica la tuya
la expande
haciéndola volar por el territorio
en busca de un nuevo surco
donde con el tiempo broten
esos hombres nuevos que imaginaste
y que esta vez, nosotros
ayudaremos a construir

Porque de tanta vida
y tanta muerte
existen enseñanzas
¡Es posible! ¡Es vivible!
Como una leyenda
te reconstruimos
y traspasamos de boca en boca
de beso en beso
para no olvidar
tus ojos ni tus manos
para no olvidar tu palabra
para no olvidar tu pausa
para no olvidar que exististe
y así olvidar tu ausencia.