El guardaespaldas del Oscuro

Me dice usted que le hable del personaje ¿no es así? bueno pero venga otro trago de vino, que es alimento para el alma, además ayuda a contar mejor las historias.
Usted me pregunta tan insistentemente sobre el Oscuro y yo le aseguro que lo conozco desde los tiempos de upa, cuando él era un niño y yo trabajaba en el campo, era un ser indescifrable, hablaba muy poco, tenía una mirada extraña, por eso lo llamaban “El Oscuro”, aunque era más blanco que una arepa antioqueña y con unos ojos verdes, que en su juventud hacían enloquecer a las mujeres, lo cierto es vecino, que el Oscuro, nunca hablaba más de lo necesario, como si quisiese economizar las palabras... Su mirada por ejemplo tenía algo de enigma, era fría y penetrante en un momento y después era lejana, como perdida, como si su cerebro, no estuviese en el lugar.
Ah que no le interesan esos detalles, que quiere saber es de su labor como industrial, bueno venga otro sorbazo de vino, a veces el vino le ayuda a uno a sacar los recuerdos cuando estos son tan difíciles, comprenderá usted que por el hecho de ser su guarda espaldas no tenía necesariamente que conocer de sus negocios, máxime cuando el no hablaba con nadie, escasamente lo hacía en esas juntas importantes, si tenía yet privado y se alojaba en un penthouse, pero yo no estaba tan cerca de él como usted se imagina, más bien estaba rondando, bueno no era solo yo, éramos como diez, usted bien sabe que en este país los pobres no pueden comer y los ricos no pueden dormir sin guardaespaldas.
Ah su secuestro, bueno se va a desilusionar, cuando eso todavía no era su guarda espaldas, entré trabajar como su soldado cuando ya lo habían liberado, sin embargo algo sé vecino, lo secuestró la guerrilla, pidieron toda la plata del mundo y él les dijo que no la tenía, al final se tranzaron en mil millones, la mujer y un hijo llevaron la plata al campamento escondida entre las llantas del campero y los guerrillos les dijeron que esa era la cuota inicial
Si, salió a los seis meses, parece usted vecino más enterado que yo en este asunto, en realidad no se cuanta plata más dieron pero eso si debió de ser mucha, bueno otro vino para que las palabras fluyan, a veces se me atrancan a veces confundo los recuerdos como usted comprenderá los años no llegan solos.
¿Su obra como empresario? ahí si me la pone muy difícil pero bueno vamos, el vino lo lleva a uno a hablar a veces sin conocer mucho del tema, se que impulsó el consorcio de su familia en el país, empresa de la cual fue gerente casi toda la vida.
Yo de gerencias y de lo que hacen los gerentes entiendo muy poco, un día me dijo “Rambo, hice el negocio de mi vida, no voy a ganar nada, por primera vez voy a sacar sonrisas a los desposeídos sin contraprestaciones”, y me pareció muy raro eso, porque nunca comunicaba a nadie sus pensamientos.
Eso fue cuando donó todos esos terrenos de Tairesdi, para que construyeran una casa de la cultura y después de ahí sacaron este estadio, un elefante blanco, con el cual vive encartado el municipio y que hizo un alcalde pantallero.
Me vine para su finca, me trajo no tanto como guardaespaldas, sobre todo para que alimentara a sus perros y sus vacas, nunca pensé vecino que él fuera a regalar estos terrenos, porque me consta que los quería como a sus animales.
La finca la destruyeron luego sus hijos, para construir todos estos barrios que están alrededor del estadio y por cosas de agradecimientos por los servicios prestado a mi me donó una casita, antes que sus herederos les diera por venderlas a precio de oro, yo aproveché la generosidad del patrón, es que la largueza del Oscuro fue mucha, todas las casas de la primera etapa fueron regalos para sus trabajadores.
Ah usted también, si ve como es la vida por eso somos vecinos y estamos aquí botando corriente sobre nuestro común benefactor, pero bueno otro vino, tranquilo que a mi el vino no me emborracha, me acostumbré tanto a él que es como si bebiera agua, solamente me suelta la lengua, además la concentración de alcohol es más baja que esa fiera del aguardiente, a ese trago si le tengo respeto ¿que si no lo volví a tomar? bueno de vez en cuando hago mis mescolanzas, pero lo he ido dejando, desde la última vez que me resbalé en una cáscara de aguardiente y me quebré una mano, mire vecino, en la E.P.S, esa funeraria donde me atienden me colocaron dos veces anestesia y casi la pierdo, la tengo es de milagro, es que los médicos no lo examinan a uno, les interesa más que uno les firme y medio leen la historia y ahí mismo lo despachan porque viene el otro paciente, parecen que apostaran carreras a ver quien atiende más rápido, si, estoy plenamente de acuerdo esos son los efectos nefastos de la Ley 100, que convirtió a la salud en una mercancía, tiene usted toda la razón vecino, más que respeto le tengo miedo, la última vez que me emborraché con aguardiente me vine para la casa con la mente en blanco, no recuerdo nada, imagínese que crucé la avenida Guayabal y no sé como ni a que horas, ahí me pudo levantar un carro, hasta estuve en le centro y no sé como no fui víctima del “chaborreo”, que me estoy desviando del tema bueno tiene toda la razón, pero es el efecto del vino, si yo le dije que el vino no me emborracha, solamente me pone a hablar ni siquiera me da guayabo, pero bueno retomemos el relato, ¿en que iba? a tiene toda la razón le daba algunas pinceladas de su labor como filántropo e industrial
Yo prácticamente trabaje toda la vida para el Oscuro, primero en el campo, en su finca MAGNOLIA MARIA, tan grande que una persona no alcanzaba a cruzarla en dos días caminando. Antes de ser guardaespaldas yo era paraco, no me cree, pertenecí al Bloque “Héroes..” de ya ni me acuerdo, pero cuales héroes, en realidad no había heroísmo en correr a la brava de sus tierras a los pobres campesinos para que los narcotraficantes que se estaban cobijando con la figura de paramilitares se beneficiaran de la amnistía del gobierno, como se le ocurre pensar eso, yo no tuve nada que ver con el secuestro, eso fue la guerrilla, si nosotros también secuestrábamos no éramos ningunos santos usted tiene toda la razón, pero en el caso de nuestro personaje fue la guerrilla, además ya le dije que todavía no era su guardaespaldas.
Del Oscuro es difícil hablar. Converso sobre él porque lo conocí desde niño, cuando aún no había hecho la primera comunión, no jugaba como los demás mocosos, se mantenía aparte de todos y de todo, como si viviera en otro mundo o este mundo no le interesara, su misma familia comenzó a murmurar a sus espaldas:”este niño es un enigma, yo ya ni sé en que pensar”. Recuerdo que así hablaba su abuelita y su madre reafirmaba: “Este niño es un misterio viviente, es como si tuviera algo oscuro por dentro”. De ahí lo del apodo del oscuro.
De él se han dicho muchas cosas, en las cuales no creo. Además yo lo conocí fue como un ser humano y no como el mito que han creado después de su muerte, porque se ha hablado y se ha especulado mucho sobre la personalidad del Oscuro.
Lo otro que hizo traer capitales que se plantaban como una carpa de circo para después desaparecer con las ganancias, son asuntos en los cuales yo no me meto, porque no sé realmente su significado y sí es bueno o malo, además yo me venía a dar cuenta de lo que él hacía, cuando ya todo estaba realizado, al fin de cuentas, fue durante toda sus vida lo que llaman “Un casa sola”.
Eso que se dice que el Oscuro prendía sus tabacos con billetes, es una mentira o al menos yo nunca me llegué a dar cuenta.
Tampoco es cierto vecino que le gustara apostar sus fincas en la ruleta, o que cambiara de personalidad, para recorrer los pueblos disfrazado y acompañado de un cura falso, para engañar a las campesinas gastándoles plata, llenándolas de obsequios y proponiéndoles un matrimonio, que duraba lo que dura la flor de un día y el cual lo oficializaba su compinche.
Se dice vecino, que empezó contrabandeando zapatos que pasaba como si todos fueran del pie izquierdo por una ruta, mientras por Urabá esa esquina de América, le llegaban los derechos, así los aduaneros se tranzaban con poco, o a veces hasta lo dejaban seguir muriéndose de la risa, pensando que el Oscuro era un tonto, al cual habían tumbado con los zapatos izquierdos. Lo que no sabían ellos era que los zapatos derechos y los izquierdos se encontraban cuando llegaban a Medellín.
Dicen las malas lenguas que se ideó muchos mitos y leyendas de Antioquia, con historias de brujas, de seres retorcidos que se comían a los niños, de jinetes endemoniados que vestían de negro que ocultaban su cara con un sombrero alón, según las lenguas viperinas todos estos mitos y leyendas alimentados por mi patrón, eran para entrar contrabando.

Se acabó el vino y sabe vecino para serle franco yo me quedé a media caña, si ya está tarde, tranquilo que a mi me pasa lo mismo con la mujer, es que mujer que no eche cantaleta no es mujer.
Que yo no conozco a la suya, que le debieron dar el premio Nóbel de la cantaleta, bueno en otra ocasión compartimos otra botella, no, no es que yo sea elitista me gusta el vino chileno, esta vez quedamos empezados pero si usted le tiene miedo a su mujer, que le vamos a hacer, hay mujeres tan bravas que se les entra un ladrón y lo ponen a planchar y barrer, bueno en otra ocasión hablamos.
No, yo todavía no me voy para la casa, la noche es todavía joven, voy a ir a “Chiripa”, como le dije vecino yo me quedé a media caña, me hace falta otra media para poder dormir como un angelito, para olvidarme del mundo y sus problemas, para eso es bueno el vino, no sé si se lo dije antes, y sino se lo dije antes, se lo digo ahora, el vino es un buen alimento para alma, especialmente si es vino tinto chileno.

William H Ramírez P
2005