Inicio / Cuenteros Locales / marlow / UNA FOTO DE TEILLIER
Miro a Jorge
en primer plano
pero oculto
como la voz del sur haciéndose cenizas con la lluvia.
Sus ojos se ven negros
y buscan algo que quizás nunca ha existido.
Un mechón huérfano cae en los surcos de su frente,
como la aguja sobre un disco
con canciones pasadas de moda,
que el temblor de las horas
congela
en los tímpanos del olvido.
En el fondo
parece latir la sombra de los trenes,
el humo,
el ruido que espanta a las aves,
la nostalgia por un tiempo
en que existía un destino
y una hora de llegada.
Cierro los ojos
y mi retina conserva esa mirada,
esa actitud de espera por un tiempo
que podría regresar
en alguna pequeña chispa
del eterno rozar de las ruedas
sobre los rieles inertes.
Lloro, como dejando un poco de ser hombre
perdiendo algo del ser en esa sal que cae perpetuándose,
pensando en los amigos que todavía creen en el vino,
triste,
porque a pesar de todo
la foto no se acaba,
a pesar de que Jorge duerme para siempre en una estación
que no figura en ningún mapa ferroviario,
(una estación sin nombre)
esperando alguno de los trenes que partieron bajo la lluvia
para nunca regresar.
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Texto agregado el 23-07-2005, y leído por 109
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Lectores Opinan |
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23-11-2005 |
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Creo que tu vida, se ha inscrito entre penas y llantos, pero tú no dejas el paso a otra cosa, y eso lo sé. cristin |
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