A veces uno mira a las personas, y puede ver dentro de ellas.

Estuve mirando al chico del festival en estos dias... y hubo un momento en que, por primera vez, me pareció posible la idea de su vida.

Su color de piel había cambiado, era más claro, uff, o era que hacía más sol y lo vi distinto, ya no era el dia del fool in the rain. Los ojos los tenía más claros, y aunque apenas le dijo unas palabras al tipo que vendía cositas, me pareció que estaba más alegre que de costumbre. Noté en su cara, esa sonrisa, bueno, esa casi sonrisa que alguna vez en mi vida le ví. Por cierto, que casi nunca lo veo, y no lo conozco. Pero me he fijado muchas veces en él, y sé que se ha fijado en mi. Creo que reconoció en mi una de esas muchachas que se sienta sola a veces, por ratos, a pesar de que siempre me ve con varias personas, por lo general, las mismas, y bueno, como una de esas personas con quien seria agradable sentarse a hablar un rato.

Para mi, verlo cada vez es como si viera a una persona por completo nueva. Como si, cada vez que lo viera encontrara a otra persona parecida a mí en la ciudad, o bueno, tal vez no parecida, pero al menos una persona a la que provoca acompañar por el paso peatonal. Pero me da una sensación rara cuando a veces lo atrapo y me mira, como si ya la luz va a cambiar a rojo, y quiero pasar por el asfalto rayado, pero algo me dice que no corra y espere en paz el verde.

A veces siento que espero que no regrese. Que una de sus personas nuevas se vaya cuando él se va, y que no venga otro. No es que quiera que no regrese, es que de verdad no imagino que lo hace, por eso siempre me sorprende que regrese. Por eso siempre me parece alguien nuevo. Y es que me sigue pareciendo alguien imposible en esta ciudad. Está muy solo, demasiado solo para ser de acá.

No concibo otra idea aparte de él llegando a su casa, y su papá en el trabajo siempre, y su mamá como un fantasma arrastrando tristezas por el apartamento color ladrillo. Es raro verlo mucho después de las cinco en la universidad, a esa hora siempre se está yendo. Se me ocurre que camina con lentitud hacia el bus, hacia su edificio al bajarse en la parada, y se monta en el ascensor, ecuánime, siempre ecuánime como es él. Va... demasiado tranquilo por su vida, esperando todas las cosas con calma, aprobando y rechazando las cosas con paciencia, y a veces siente que quiere correr, y se lo pregunta mientras sale de la uni, se le hace tarde y el Sol se va poniendo... y como si no pudiera fallar a su cita de ver el Sol tumbarse contra el piso, se pregunta esta vez, y si corro?
Él llega, tira las cosas que casi nunca lleva consigo, en el piso de su cuarto, demasiado ordenado para ser suyo... abre la nevera, toma un trago de aire frío, porque a veces también le molesta el calor y se sienta en la ventana a mirar cómo cae la tarde.
Su mamá le ofrece cena a las 6 y treinta y seis; él accede por complacerla, pero vuelve a cenar a las 10, si está en casa. Se moja el cabello de ganas de cosas que no comprende.

Al otro día, rinse and repeat.

Un rato antes de irse de la universidad, a veces tengo la suerte de verlo sentado en el pasillo del rectorado, agarrando algo de frío, y solo, siempre.
La verdad, también yo quiero tomar un poco de frío; la verdad, también yo estoy sola y la verdad... me quiero sentar a su lado. Esos días me falta muchísimo el valor. Como si su soledad fuera voluntaria -- y me auto/apuesto algunos miles de bolívares a que lo es -- siento que me va a rechazar, sólo por el hecho de ser otra.
Otra qué?
Persona.
Que inmediatamente va a evitar que me quede en su sistema, y si lo logro, y me deja, al otro día, bah, tal vez ni me salude.
No tengo derecho, no tengo deber, sin embargo, siento que me toca a mí decidir algún hecho de su vida aunque sea levemente notorio.
Puede que un dia me siente a su lado.
---Ya no dejan sentar del otro lado del rectorado, te molesta si me siento acá?
---No, dale.
Algo así le diré. Pienso, que no es muy compleja la cosa esta de hablarle y sentarme. Él sí parece complejo e interesante, pero aún no puedo verlo por completo. Este tipo de cosas como sentarse no establece relaciones de holas y adioses. Habría que hacer algo más. No?
Es raro, ni siquiera quiero establecer ese tipo de relaciones. Desde el día del festival, lo que he querido es sentarme un ratito a su lado, tomar su cara delicada en una de mis manos y darle un beso. Ya veremos qué pasa.
Me asusta que pueda tener novia. Y él no sabe que he pensado en eso.

De cualquier manera, el día que estuve pensando en eso, hice todo lo posible por aunque sea verlo, y ya luego hablar con él: volví a caminar sola por la calle del frente, donde estaba el tipo que vendía cositas con quien él habla, me paseé por la esquina del pasillo donde se sienta a veces, vigilé su rincón cerca de la puerta a ver si aparecía, y me senté sola por sitios donde suele estar... también solo, esperando que sean las 5, en caso de que apareciera. Pero al final de la tarde, sólo había obtenido un par de miradas de algunos chicos que parecían ser él, pero ninguno con su esencia.

Quisiera decir que todo esto lo hago por él, pero no te miento, es un poco por mí, no es todo por él. Ni siquiera lo conozco, pero me dan ganas de ser un episodio raro al menos en uno de sus días, porque él es una persona rara, me dan ganas de que haya un episodio raro en alguno de sus días. Luego me pregunto si no habría algo más de lo que veía.
Y si tiene novia?
Y si tiene vida?
Y si su papá lo ve a menudo y la mamá no tiene que conformarse con prepararle cena temprano?
Y si tiene muchos amigos a quien contarle si lo beso?
Igual quiero besarlo, aunque no le parezca relevante. Porque también es por mí.

Bueno, una tarde cualquiera, por fin entendí que era posible que él viviera, como yo. Lo ví del otro lado de la calle en la universidad, era el momento perfecto para hacer lo que quería. No estaba muy acompañado, yo sí. Pero ellos se podían ir al carajo por un ratito... no?
Tal vez lo ideal sería no hacer la cosa, verdad? pero a ganas de hacerlo, lo ideal es hacerlo... y correr. Lo ideal sería correr. Que no hayan consecuencias nefastas,del tipo "no saber qué decir luego que --como tantas otras cosas que pacientemente contempla en su vida-- rechace o acepte el beso", decidiendo qué hacer luego de hacerlo, preguntándome qué sería lo correcto.
Ahí estaba yo, debatiéndome como si fuera un semáforo e igual supiera que voy a pasar... pero con la absurda idea de que no va a cambiar a verde, que todo va a ser un lento amarillo que se conduce solo por un barranco, sin arranques, sin besos...

Sigo contemplando la posibilidad de que cambie a verde, y entonces yo corra.

Tratando de predecir cuáles serían sus movimientos si decidiera besarlo y darme a la carrera, bajo la mirada como tomando impulso para verlo,
y cuando subo la cara es porque la toma él con una mano,
y caigo en cuenta de que me está besando, que puede ser que me viera como lo veo a él, que le dieran ganas de ser un episodio raro en mi vida...
...apenas me queda conciencia para pensar en las posibilidades, pero lo hago; le respondo el beso, juego con sus labios, pero pienso en las posibilidades, viéndome de repente del otro lado de la moneda, entonces se me ocurre la genial idea... de que lo ideal, sería que no corriera.