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Hay muchas formas de hacerlo, yo escogí ésta, con sólo dar dos pasos mi vida desaparecerá, a nadie le importará, quizás mi familia, o lo que queda de ella se preocupe, y me duele un poco hacerles esto por qué la verdad es que mi familia no es la responsable de mi decisión, si no, fue la serie de hechos que acontecieron en mi vida.
La grabadora está prendida, si, quiero que todos sepan que pasó y como pasó, quiero salir en las noticias y ser famoso por una sola vez, que todos sepan quien soy y comenten en la once sobre mí. Al día siguiente se olvidarán de mi, lo se, todos lo hacen, a nadie le importa lo que le sucede al otro, estamos tan invadidos de toda esa basura que dan en las noticias sobre muerte, asaltos, suicidios, en donde saldré yo también, que ya nadie le toma el peso a lo que sucede, solo comentan y figuran que se preocupan, pero todo eso es falso. De todas formas eso me da lo mismo, por lo menos tendré mi minuto de fama.
La verdad es que la fama tampoco me importa mucho, no pedí tanto en esta vida, nunca me interesó el dinero, ni me preocupó pertenecer a una familia pobre. Si me dolía mucho cuando veía a mi padre pegarle a mi madre. Qué lo hiciera conmigo no importaba, ya estaba acostumbrado, pero no aceptaba que le pegara a mi mamá y lo peor es que no podía hacer nada para evitarlo, debía contenerme en mi impotencia que solo deseaba estallar y matar a esa bestia. Como lo odiaba
Mi papito, ja, Gonzalo, falleció cuando yo tenía 9 años, a nadie le importó su muerte, a esas alturas ya todos sabían lo animal que era. Recuerdo todo tan bien. A veces trato de olvidar, pero no puedo, ese desgraciado destruyo mi infancia. Y mi madre tras su muerte cayó en una depresión tremenda, no por qué el ya no estuviera, si no, por qué no sabía como mantener a mi y a mi hermano pequeño, el Dieguito, que lo quiero mucho, y me alegro de que yo haya podido cambiar su futuro.
Con Diego logré que las cosas fueran distintas, pero eso fue cuando ya era un cabro, logré que una familia lo acogiera, una familia de un nivel económico medio y de muy buenos valores. Esto lo hicieron por mí, ya que habían unos favores muy grandes que yo les había hecho, pero no tiene importancia. Sólo debo decir que era, y sigo siendo un joven muy creyente en Dios, iba a misa, y trabajé como voluntario en distintas fundaciones, el favor que mencionaba tiene relación con esto. Una de las personas que más extrañaré será al Padre José Luis Navarro, que me enseñó todo lo que soy. Saludos padre, rece por mi pues estoy aterrado de ir al infierno, pero no hay otra escapatoria.
Mi madre lloraba todo el día, no hacía nada por sacarnos adelante, tuve que salir a la calle a pedir, pero me aburrí, y me fui de la casa, sólo traía dinero para mi hermano, y me encargaba de que se usara bien. El que aún quiera a mi madre fue porque gracias a ella logre salir del hoyo en que me iba hundiendo cuando era mas chico. Había caído en la droga y me hice de malas amistades. El alcohol también me había ayudado a superar mi depresión. Pero luego que ella encontró un trabajo como mesera de un restaurant, comenzó a convertirse en una gran mujer, que me enseñó a Dios y a la Iglesia.
De todas formas seguíamos siendo pobres, pero estábamos unidos. Nunca pude entrar en la universidad, hubiera querido ser profesor de historia, pero no pude. Éramos sólo los tres. Todo estaba bien, o por lo menos así parecía hasta que mi mamá murió en un accidente de tránsito conduciendo borracha. Ahora estaba sólo yo y mi hermano. Sólo fueron unos cuatro años de felicidad en mi vida, que fue mientras mi madre vivía.
Seguí haciendo trabajos voluntarios, pero ahora tenía que trabajar para mantener a mi hermano. La droga me volvió a llamar y las malas juntas surgieron de nuevo. Así estoy ahora. Todo salió mal en mi vida, fui un buen hombre y no se por qué recibí esto a cambio. Nunca había llegado a este nivel, y creo que Dios era el único que me sostenía en pie, ahora comienzo a dudar de su existencia. Mi suicidio es provocado por una mujer, esa perra nunca debió haber nacido. Tanto amor que me entrego para luego decir que amaba a otro. Pero no quiero ahondar en detalles….
- ¡David!
- ¿Qué haces aquí?
- Nada, sólo estoy mirando el cielo y respirando un poco de aire fresco
- ¿Siempre vienes para acá?, Te estaba buscando
- He, si, pero sabes, estoy algo ocupado y necesito estar solo un rato
- Sigues enfadado por ella, la…
- Si, si, por favor
- bueno, chaito
Que raro todo esto. Estoy comenzando a dudar si matarme o no. ¿y la grabadora?. ¿Por qué habrá venido Laura?, ¿por qué me estaba buscando?. Necesito primero hablar con ella. Que raro, que raro. Apagaré esto.
Para David todo fue sucediendo de manera muy rara, estaba al borde de la muerte, pero Laura le hizo dudar de su decisión. Corrió tras ella buscándola durante media hora, pero no la encontró. Fue para su casa. Tocó el timbre, pero nadie abría. Laura estaba en casa, él la había visto y se pasó por sobre la reja. Se escuchó una voz de otra mujer. Una voz que le traía agrios momentos, que le producía asco, odio, era ella, era la voz de Francisca.
David tocó fuertemente la puerta, pero no abrían. Lleno de cólera amenazó con “matar a esa perra si no abrían”. De una sola patada rompió el vidrio y entró. Estaban Laura, Francisca y el Padre, ¿Padre José Luis?, preguntaba David extrañado. Luego por la puerta que daba a la habitación de Laura entro Diego, seguido de su madre y su padre. Estaban allí todas las personas que tuvieron un lugar importante en su vida.
David comenzó a preguntar a cada uno qué hacían aquí, y todos le criticaban su estúpida decisión de terminar con su vida. Le decían que hay gente que sufre más, que su vida era un lujo al lado de otras, que es un cobarde, que debe tener fe y afirmarse de ella para salir adelante, que Dios lo ama, etc. Diego le protestaba que lo iba a dejar sólo, que era un desgraciado, su padre le pedía perdón por todo lo que hizo cuando él era pequeño, su madre le daba ánimos de seguir adelante, Francisca le decía que ella es sólo una mujer entre muchas que le podían hacer feliz, y Laura, Laura no dijo nada.
De pronto abrí los ojos, y seguía allí en aquel edificio con la grabadora al lado, esperé un rato, llorando, buscando alguna señal para cambiar de parecer, pero nada sucedía, no llegaba Laura, ni nadie, el Padre estaba muy lejos de aquí, quizas durmiendo, Francisca debía estar pensando en otro, Dieguito jugando con sus amigos, y mi padre y mi madre muertos, igual que yo.

Texto agregado el 22-07-2005, y leído por 140 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
18-08-2005 ahora si lo pude leer.. super chocante, de hecho es muy cuatica la historia. pero ta bien narrada. al menos no era tan enredada. muy buena loko. lo q mas me gusto fue el final... humildes comentarios... _xolga_
29-07-2005 fuerte, es más un relato que una reflexion juanitaR
 
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