El miraba a su madre dentro de aquel triste ataúd,
y con demasiadas lagrimas en sus ojos entendió
que boto mucho tiempo en cosas vanas,
tiempo que hoy en día desearía tener
para decirle a su madre perdón, por ser lo que es.
El miraba el extraño rostro que muy difícilmente
se parecía a el de su madre
al tiempo que deseaba que en aquel cajón
el muerto fuera otro, pero así es la vida
por que el ahora con sus respiros
debe pagar el finamiento de ese ser
que el ahora entiende que mucho adoraba
por que es verdad que hay cosas
que ni la misma muerte puede pagar.
El entre dientes pedía piedad una y otra vez
pero de nada sirve pedir piedad ahora
cuando el agua esta derramada,
solo le queda seguir con su supuesta vida
vida que beberá pagar la muerte de su mama.