Ojos pesados caen sobre tu almohada. Protestas, pero mi silencio es más ronquido. El mundo de fábulas y cuentos se apodera de mi cuerpo. Las leyes de la física se esfuman entrópicamente. Bailo en mi silla de ruedas mientras hago fotosíntesis. Rápidamente me convierto en gaviota y vuelo a salvar la noche sin luna. Es noche cuando retorno a la tierra materna… Todas las tristezas navegan con mis lágrimas. Despierto sobresaltado tratando de negar el llanto que se apodera de mi ser. Al estirar mis piernas te encuentro. Ahora tú sueñas, en silencio.
Texto agregado el 18-09-2003, y leído por 230 visitantes. (2 votos)