Quiero escribirte esta carta con mis cinco sentidos.

Con mis ojos, para que puedas verme en ellos y descubras lo que he sido, lo que de mí has hecho, para que puedas verte a ti también como te veo yo.

Con mi boca, para que pruebes lo que siento por ti, sabrás que te tengo allá adentro, te descubrirás en mí y podrás robarme los besos que no te he dado.

Te escribiré también con mis oídos, entonces podrás escuchar las palabras que me has dicho, las he guardado para una sonrisa. Podrás escuchar las mías, las que nunca te diré pero siempre has sabido; entenderás mi música y así mi sentido.

Con mis manos, las que te tocan, para también dibujarte aquí y recorrer tu cuerpo; para sentirte una vez más y adivinar tu esencia de la manera más callada; como si no lo sintiera pero explotando por dentro.

Te escribiré, y al hacerlo oleré cada una de las palabras que te regalé para no olvidarme de ellas y meterte aún más en mi pecho.

Y por último, después de escribirte con cinco sentidos lo haré también con no más, con el que te siento sin tocarte, con el que te veo sin mirarte; con el que oigo tus palabras en el silencio, con el que te pruebo sin rozar tus labios, con el que te reconozco sin olerte, con el que llego a amarte, el que me hace adorarte; El que nunca verás, tan intangible, tan real.

Te escribiré con mi corazón, desde mí y desde ti, para que tú puedas leerlo con tus ojos y los del alma, para que puedas sentirlo como lo sentí yo, letra por letra rozándote la piel, caminando por tu boca, metiéndose en tus oídos; para que respires la esencia, mi esencia; para que me ames y yo te ame, te escribo con todos mis sentidos.