Quedan las hojas arrugadas,
los libros cerrados que no he leído,
las manos desgastadas de extrañar,
los ojos cansados y secos, vacíos,
mi brazo solo al caminar, mi sombra partida.
Las cosas correctas
que a nadie puedo contar,
los regaños y las dudas,
las ganas de besar y hacer el amor,
quedan inconclusas las quimeras.
Se me han quedado aquí,
las ganas de alejarme de todo,
tan sólo para acercarme a ti,
los sueños que habitabas, la sonrisa
que provocaba tu recuerdo, los castillos
las ventanas, los muros que levanté por ti.
Me resta la esperanza de encontrar,
a alguien que se te parezca,
que bese como tú,
pero que no sea
tan ausente... |