A veces parece,
cuando te ríes y te hinundas,
cuando bostezas hondamente
(es una forma elegante o no,
de aliarte con mi reloj...),
y te colocas el pelo así,
y te fundes y te confundes
entre los cojines y mis tontadas,
en tu indiferencia si cojo
la tacita vieja para el café,
mientras enumeras precios, noticias,
propósitos o gotas de lluvia...
En tu manera de hacerte espectadora
de mis funciones y vaivenes,
y abucheas o veneras con justo criterio...
Entonces parece,
en esos momentos te ves,
o quiero verte...,
envuelta en esa dulce complicidad
de mostrarte sin simulacros,
y adoro que parezca,
que, entonces, no sólo quiero yo. |