Pequeña carta del olvido.
He recuperado mis versos desde lo profundo, y con énfasis y fuerza dejo de rendirle tributo a tu sonrisa déspota que ahora surca en otros mares distintos a los míos.
Déjame entre fuerzas que yo sé salir, déjame entre tus deidades mujer ambigua, que mi amor ya no es para ti, ni mis noches, ni mis pensamientos, ni siquiera mis sentimientos conjugados en tu voz precipitada entre lágrimas, ni siquiera a la luna que te mece silenciosa… En nada, eres vacío de mis abismos, ahí estás…
Muerta.
Desde tumbas del olvido, desde conjuros imprecisos, desde mi dolor más intenso te abandono de todo recuerdo, y dejando plasmado en este lapso de espacio todo lo que siento, te digo a tus ojos, a tu boca, y todos aquellos besos que se hicieron en la realidad todo lo que me conducía a ti.
Ya no beso tus besos, mis besos ya no besan a tu corazón.
Mi Miocardio, sigue floreciendo.
Samahain escarlata.
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