Convencido y cierto estoy,
no existen medias naranjas,
no hay como le dicen otra mitad,
en serio, les digo hay muchas
muchas partes que nos complementan.
Haber sido quien se fue no pudo,
quien me dejó por otro, o quien nunca
por mí se decidió, a quien amar nunca pude,
han sido tantas las estrellas, que no pudo ser
la luz de una sola la que guiara mi errante camino.
Las hojas de mi libro se han manchado,
se han impregnado de tantos dulcísimos aromas,
que sería absurdo pensar que tenía que esperar por una sola.
Pienso, y hasta en eso habrá quien opine lo contrario,
que somos un prisma con muchos matices, un todo que se rompe,
y en cada parte dejamos algo nuestro, una marca, un suspiro,
algo que sabemos nos pertenece, porque antes fue parte de nosotros,
pero al nacer, se dispersan los pedazos, que debemos juntar a lo largo
de nuestros caminos al correr por esta vida, y así sentirnos complementados.
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