Como cada noche, K duerme frente al espejo con una pistola en la boca. Aun así tiene terribles pesadillas, como que su reflejo jala el gatillo y el espejo vuela en mil pedazos, desperdigando los desgarrados trozos de su yo por todo el cuarto; terribles pesadillas, como que tras el disparo una esquirla de vidrio le corta los labios y su reflejo los besa frenéticamente hasta volverse mortal.
K despierta y se adelanta a su doble.
Texto agregado el 21-07-2005, y leído por 113
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Lectores Opinan
18-09-2005
Es como un estado personal, me aterra un poco.
cristin
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