Buscando sonidos de los que morirán esta noche avanzan con los ojos abiertos y el oído fino, no van armados, cada uno es su propia arma, todos igual de mortíferos. Equipados con caras sensuales que se transforman en mascaras aterradoras en el momento del combate, con palabras bonitas que hacen más dura tu caída a los infiernos… No huyas pequeña, pues tu olor perdura en el camino si son ellos los que pasan y no existen ni piernas, ni ruedas que retrasen su llegada.
Aún son niños, su imaginación continúa volando pensando una manera de divertirse con sus juguetes y sometidos a ellos tenemos que sufrir… Pero no huyas pequeña, pues a ti no te harán daño, a ti aún no te controlan. No dirigen tus horarios las imágenes que ellos proyectan, no pierdes el sueño por el resultado de los humos blancos que vienen de Italia.
Tú eres a quien ellos temen porque conocen tus debilidades y ellos no las controlan. Lloras y ríes por la gente que quieres, tus caprichos son ver mundo y comer unas onzas de chocolate o un buen helado, no te interesa el dinero. Ellos temen eso que no pueden controlar con el dinero y la fama, pero cuidado, ahí es donde sus voces y sus caras bonitas son más poderosas que las garras de acero con las que podrían cerrar la entrada de aire en ti.
Pondrán a los demás en tu contra mostrando que eres diferente porque es lo que a los demás les da miedo. Vivirás en el anonimato buscando una salida hasta que encuentres a alguien igual que tú. Vosotros formareis el nuevo mundo. Cierto que ellos tienen la fuerza de 20 hombres y son inmunes a cualquiera de nuestras armas, pero cuando seáis lo suficientemente numerosos como para llamar su atención, ellos ya no tendrán el poder de ahora, se están acostumbrando a vivir cómodamente, y es que no tienen enemigos:
Ya estamos domados…