Inicio / Cuenteros Locales / Ophelia_Plath / La perdición más diáfana
Destrucción cohibida
donde ella,
la doncella del inframundo,
se hace la estrella
danzando locamente
ente harapos
que cubren
al Ángel caído del cielo.
La hermosa chiquilla
de las cuencas hundidas,
de la faz cetrina,
se ha encontrado al fin
una persona que no le tema
y que la desea
como a nadie
jamás se pueda.
Dulce calavera,
de extraños ribetes,
te has enamorado
de cuanto encanto
en mi
has encontrado.
Piérdete entera
y encuéntrate a ti misma
en mi propio reflejo.
¿Que no ves
que te consumes
en el amor obsesivo
de desear a alguien
que te es prohibido?
Deja tus antiguos aposentos
de ultratumba
y ven a mi regazo
para vencerte
y amordazarte...
¡Para hacerte mía!
Y no dejarte escapar
jamás.
Ríndete ante mí,
que seré tu dueña;
para salvar inocentes
y –desgraciadamente–
dejar sufriendo moribundos
por la propia dicha
de saberme poseedora
de la mas
omnipotente princesa
que gobierna la oscuridad.
Quédate a mi lado
para esperarte a ti misma,
mi hermosa donna corrompida,
y jugar a la inmortalidad
con dados de oro
y copas de cristal.
Que mi boca sea la que pronuncie
cuan bellas palabras pudiera
para atarte a mi brazo,
para hacerme sentir culpable
del mas lúgubre abandono de deberes.
Eres bienvenida en mi existencia;
te he buscado y ya te halle.
¿Notas como se agranda mi pecho
al ver tu espantosa figura
tan cerca de la mía? |
Texto agregado el 20-07-2005, y leído por 168
visitantes. (0 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
21-07-2005 |
|
Sombra, inocuidad, pueril imagen ya nombrada de muerte y saber.
SALUDOS golem |
|
| |
|
|
|
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|