CIBERLETRAS
Colombina de la Paz

Desde que apareció el boom de la era informática que creí fervientemente que los chat y cualquier otro medio de comunicación que se le pareciera eran sólo para imbéciles incapaces de hacerse amigos fuera del espacio virtual, o que querían hacer algo más útil con su exceso de tiempo libre que seguir la ruta de vuelo de las moscas. No, no, no y no, me negaba rotundamente a acercarme a teclear al ciberespacio, aunque sólo fuera por curiosidad, yo prefería escribir a lápiz o leer una novela, a pesar de que el tema de los amigos no me fluyera con facilidad...¿pero un chat?...¡por ningún motivo!. Todo cambió cuando una tarde descubrí a mi hermano petrificado frente a la pantalla del PC.

- ¿qué estás haciendo?
- estoy chateando

No lo podía creer...mi hermano es uno de los hombres más inteligentes que conozco...

-...estás...chateando....¡¡¡ tú !!!
- estoy en foro de literatura

¿A ver?, ¿sería posible que se pudiera hacer algo inteligente y real a través de la pantalla?.
Cada noche escuchaba sin cesar los tiqui-taca del teclado, y a medida que aumentaba la velocidad del tecleo, aumentaba mi curiosidad, hasta que un día no o resistí más.

- ¡ya, enséñame!

Mis conocimientos de informática eran tantos como de astronomía; no sabía enviar un e-mail, mi digitación era tan rápida como la carrera de un caracol, por supuesto no conocía los zumbidos, los íconos gestuales, ni los guiños...toda una ciberanalfabeta, así es que los primeros días no logré contactarme con nadie, a pesar de haber escrito un sincero perfil público. Hasta que un día alguien desconocido me contactó.

- hola
- ¿¿??

Y así otro, y otro más. Sin darme cuenta mi lista de contactos aumentó considerablemente de cero a...muchos, y la variedad de la ciberfauna era tan impresionante como la cantidad. Analizando esto me di cuenta de que mi sinceridad genuina me estaba jugando un poco en contra ya que entre los especimenes contactados contaba con: un pastor evangélico que me hablaba romance en portugués, un loco de cuarenta años que me pedía fotos con desesperación, otro, que le escribía poesías a mis ojos (yo no sé dónde los vio, porque en la foto del perfil salgo con lentes), un tipo depresivo que se quería suicidar y se negaba a ir al psicólogo, entonces me escribía contándome cada paso a seguir en sus planeamientos suicidas, había también una tipa que me escribió para que nos juntáramos, a ver si podíamos ser “más que amigas” ....eeeeee, lo siento, me gustan los hombres...sin admisión, había otro loco que siempre aparecía haciéndome preguntas existenciales y me dejaba pensando, una niña que me escribía letras de reguetón, bla, bla, bla.... y un loco psicópata que me ubicó en la universidad (sin que yo supiera) y me seguía todo el día, hasta me mandaba informes con mis movimientos diarios....era como mucho... aunque también logré establecer comunicación sincera con algunos “nuevos amigos” del foro de literatura, con los que podía hablar sin miedos y con cierta libertad. Y, a pesar de lo frío que me resultaba el medio, cada tarde llegaba a instalarme frente a la pantalla bajo cualquier pretexto para poder chatear, hasta que un día, después de varios meses, decidí juntarme con un “amigo” del chat, pero la cita no fue muy afortunada: la foto que me había mandado lo favorecía mucho, escribía mejor de lo que hablaba, porque era tartamudo, y más encima me llegaba al hombro...mejor seguir chateando, o definitivamente dejar de hacerlo. Pero lo peor pasó una tarde en la que no había falso pretexto para estar frente al PC, sino uno real: necesitaba buscar información para una trabajo, y de pronto se empezaron a abrir las dichosas pantallitas azules...

- ya po chica, contesta
- (zumbido)
- tai más rica
- eu te amo
-...dale más gasolina...
- oie xica, cuando amo a salir?
- la de la foto erí tú?
- (guiño de beso)
- chueca, pa q te hací la q no tai???
- Ya po chicaaaaaaaaa!!!!!
- (zumbido)
- mándame una foto!!!!
- ...Hoy no almorzaste en el casino...

...¡¡¡Ya basta!!!...yo quería curiosear, ver si se podía conocer a alguien interesante, discutir en el foro de literatura, ¡pero me salió el tiro por la culata!...no puedo más...aquí nadie mira a los ojos, nadie abraza, ni besa...en fin, esto no es para mí...no chateo más, desconecto mi teclado y vuelvo a mi lápiz y mis libros, no me importa seguir sin amigos...y aunque aprendí el léxico del “xat” y a teclear a la velocidad de la luz,, he vuelto a creer que, salvo mi hermano, los chat son sólo para los... que tienen tiempo para chatear.