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" Sí mamá, soy gay"... pensar que eso fue hace tanto tiempo, cuando su mamá lo pilló con Joaquín besándose en su pieza. Han pasado 7 años desde entonces. Ahora él cursa el quinto año de Ingeniería Civil Química en la UTFSM. Se encuentra sólo, sentado en una banca mientras tiene la mirada perdida. Esos recuerdos vinieron a su mente. José recordó lo frustrada que estaba su madre, los insultos de su hermano mayor y la rabia de su padre: "¡¡Este cabro, maraco culiao!! ¡¡Me da vergüenza que seai mi hijo!!". En aquel entonces esas palabras le dolieron de manera enorme. Se quería morir. El único que lo apoyó durante aquellos meses de sufrimiento fue Joaquín. Siempre estuvo con su ternura abrazándole mientras José lloraba y se automaldecía. Joaquín siempre le tendió una mano amiga cuando más la necesitaba. Se portó muy bien con él... era muy buena persona... José aun no asimila bien su muerte. Fue su primer amor, le quiso demasiado. Aquellas tardes de pasión y misterio, donde los amantes escapaban bajo el fulgor de la luna para amarse en secreto. Dos hombres que se toman la mano, dos hombres que se besan. En fin, días muy bonitos momentos hasta que Joaquín abandonó este mundo producto de una deficiencia cardíaca. José aún tiene la idea de que la vida es injusta con el homosexual, le da menos oportunidades de vivir y cuando las encuentra, fácilmente se van. Pero a pesar de toda la mierda que tuvo que soportar, José salió adelante. Como les conté anteriormente pasó meses muy mal junto a su familia, que afortunadamente ya pasaron gracias a varias visitas al psicólogo. Ahora ellos están orgullosos de que su hijo sea gay, excepto su hermano que aun le rechaza aunque a espaldas de sus padres. Cuando están ellos Miguel es un ángel como ellos. Pero en fin, es tan sólo un miembro más de las personas doble estandar en este maldito país. Aún así José está bien con su familia ahora, pero aún le duele hablar de Joaquín. Le echa de menos y a mí(su actual pareja)me cuesta ganarme un espacio en su corazón. Siento que nunca puedo ser suficiente para José, porque siempre se acuerda que Joaquín esto, Joaquín lo otro, Joaquín aquello, etc... Y yo de verdad lo quiero, y mucho. Desde el primer día que le vi quise tener algo serio con él.
Me acuerdo era el primer día de clases en la UTFSM y nos sentamos juntos. Yo volteé mi mirada a mi izquierda y ahí estaba él. Sentado al lado mío. Sus ojos verde pardo se posaron en los míos. Me puse nervioso y no atiné a hacer nada más que reír de manera estúpida. Dije para mí mismo: "¡Qué lindo!...¿en que carrera irá?". Estuve pensando todo el santo día en lo bello de sus ojos y en lo tonto que había sido. "¿Por qué no le dije algo?" me preguntaba a mí mismo, con rabia. En fin, los semestres pasaron y siempre le veía caminando por aquí y por allá. Siempre con esa mirada indiferente por todo y por todos. Eso me mataba, que no me diera ni un poco de atención hacía que me dieran más ganas de conocerle. Pero a pesar de mis ganas siempre me sentía derrotado. Pensaba que no había forma de alcanzarle, aparte el se ve muy varonil asi que pensaba que no era gay. Sentía que no podría acercarmele de niguna forma. Hasta que luego de dos años él se cambió a la misma carrera que yo y ahí fuimos compañeros. Yo me hacía el que no entendía nada para que él me explicara. Siempre se ha destacado por su inteligencia. Con esa excusa comenzamos a juntarnos mucho mucho a estudiar. Era la excusa perfecta, podía reforzar mis conocimientos mientras pasaba tiempo con el hombre que me gustaba. No podía dejar de admirarme de sus ojos, además en ese tiempo comenzó a dejarse barba y lo encontraba más lindo aún. Pero a pesar de todo eso, lo que me llamaba más la atención era su forma de ser. Tan introvertido, tan reservado, tan silencioso. En ese entonces no sabía que misterios guardaba y estaba muy interesado en saberlos. Su mirada siempre reflejaba reflexión. Siempre pensativo, reflexivo, ido de este mundo. Un día no pude controlar mis emociones, ese día estaba mal. Mi madre me había llamado para retarme porque gastaba mucha plata según ella y que nosotros no eramos millonarios etc etc. Además había una compañera que me iba a buscar mucho y no hallaba como sacármela de encima y ese día exploté y le grité y la hice llorar. Me sentía muy presionado, por todos. Todos esperaban algo de mí que no era. Mis amigos me decían: "Péscatela weon, está más rica. Total no teni pa' que pololear con ella o algo. Dale como caja y después nos contai compadre jajajaa" y mis amigas me decían: "Ella es re buen partido. Date la oportunidad con ella, ¿ya? No seas malo Nico, no la hagas llorar". Estaba chato de escuchar consejos estúpidos, quería explotar. Y más encima tenía certamen al otro día y no cachaba mucho. Estaba que reventaba de rabia y justo sonó el timbre. Era José, se me había olvidado que le había pedido ayuda para el certamen. Lo hice pasar y le dimos duro al estudio. Había entendido las cosas que no tenía muy en claro en una tarde. Estaba cansadísimo. Me tendí en la cama y le dije a José en tono de broma: "José, ¿te quieres acostar conmigo?" y me reí como aweonado. Él, siempre muy serio sólo me miró unos segundos, se levantó de la silla en la que estaba y se me acercó mucho...MUCHO. Entre nervioso y asustado le dije en broma: "¿Qué? ¿Acaso me vas a dar un beso?" y reí de nuevo. Sin mostrar ningún cambio en su expresión ni vacilar colocó sus labios en los míos... todo fue perfecto esa noche. Fue una noche de romance inocente, abrazos, besos, caricias. La suerte estaba de mi lado ese día. Por fin podía estar entre sus brazos, acariciar esos cabellos castaños que tanto había anhelado. Fue una noche loca donde nos conocimos. Desde ese entonces no hicimos inseparables y me sentía afortunado. Afortunado de tenerlo, de saber que ese que iba allá caminando es mi pareja. De repente le veía junto a compañeras que se hacían ilusiones con él y yo por dentro reía mientras pensaba: "Si supieran".
Estos años junto a José han sido increíbles, pero como toda cosa buena hay algo de malo en este asunto y es que José aún no olvida a Joaquín. Aún no puede soportar que se ha ido, muchas noches llora pensando en ello y ahora soy yo el que le tiende una mano amiga. A pesar de eso yo no lo abandonaré, no por nada somos pareja.
Los días pasaron y nuestro amor creció. Pero nunca falta la gente mala. Él tenía una "mejor amiga" en la U a la cual le contó sobre su homosexualidad y de que estaba pololeando con un tal Nicolás(yo). José confiaba mucho en ella y por eso compartió su felicidad con ella. Este hecho me molestó ya que yo no conocía a la tal Natalia. Ante mi molestia él solo respondió:"No va a pasar nada" y me besó. Olvidé el asunto y las cosas parecieron ir de manera normal en la UTFSM hasta que cierto día me llamaron por teléfono, contesté de lo más normal diciendo un amable Hola y me respondieron: "Wena Nico, ¿así que eri maraco? Espera a que sepan todos en la U" y cortaron... quedé paralizado, horrorizado, asutado. Pensé que me iban a matar o algo. Quedé congelado como por veinte minutos que se me hicieron más de cuatro horas. Desesperado logré reaccionar y llamé a José quien al contestar le dije: "Jo..José...ven...por por por... por fa...". Notó lo distorsionada que estaba mi voz y partió de inmediato a mi pensión. Al llegar le conté lo sucedido mientras lloraba sin control. Él con su simpleza sólo me abrazó, sentí su calor y presentí que todo iba a salir bien. Me tranquilize y entonces me miró sonriendo: "Esta noche la pasaremos juntos, te prometo nada pasará" dijo. Me sentí aliviado... pero no por mucho, ya que al otro día había personas que nos miraban muy raro y hablaban a nuestras espaldas. Podía escuchar claramente las palabras "Huecos", "Maracos", "Gays" y otras parecidas. Luego comenzaron las lluvias de preguntas de compañeras que andaban detrás de alguno de los dos: "Oye, ¿es verdad que eres gay? Porque a mí me gustas mucho y sería una pena que lo fueras". Nunca respondimos sus preguntas tontas, sabíamos que la mayoría de ellas eran enviadas por los Anti-Gay de la U para sacarnos información. Mientras no dijésemos algo estaríamos a salvo. Luego cierto día salimos a carretear a una disco gay de Viña del Mar para despejarnos de la U. La pasamos bien, pero al salir nos encontramos con 2 tipos medios raros. Estaban vestidos de negro y se notaba que en los bolsillos no llevaban billeteras o llaves. Uno de ellos nos apuntó con el dedo y dijo: "¿Así que maricones el par de tontas". El otro rió celebrando su comentario. Yo estaba muy asustado, pero José se mostraba frío sin que las palabras le afectaran. Pasaron unos segundos y dijo: "Bueno, si nos disculpan tenemos que irnos. Vamos.", volteándo su mirada hacia mí y estirando su mano para que yo la tomara. Estaba a punto de hacerlo cuando de repente aparecieron dos tipos más de la oscuridad y nos separaron. José se enojó mucho y le brindó un buen golpe al que trató de agarrarlo. Le rompió la nariz al instante dejándolo fuera de combate. Ahora sólo quedaban tres; dos sujetándome y otro que estaba a punto de pelear con José. Este último tipo se abalanzó inmediatamente sobre José con intenciones de darle un buen golpe, pero logró esquivarlo y darle inmediatamente una patada muy fuerte en los testículos. Ya había dejado fuera de combate a dos mientras yo ahí, inútil no hallaba que hacer. Entonces me fijé en sus ojos, aquellos ojos reflexivos, quizá para esto era que se preparaban. Comprendí que no podía quedarme ahí sin hacer nada y entonces decidí tomar acciones también. Comencé a oponer resistencia y logré zafarme. Me sentí realizado, estaba a punto de dar el primer golpe cuando escuché el sonido de un gatillo. Me paralizé nuevamente... "Voy a morir" pensé. Entonces José se colocó delante mío y recibió el impacto de bala que me correpondía. La sangre voló por los aires unos segundos para luego caer al suelo, así como el cuerpo de José. Yo tan sólo podía mirar... como el cuerpo de José caía... la sangre en su pecho... el arma asesina. "Bueno, al menos moriremos juntos...amado mío" pensé. Ya nada tendría sentido para mí, estaba rendido, derrotado, frustrado, triste, sólo... justo cuando mi hora iba a llegar se encienden luces alrededor de donde estabamos. Eran los carabineros, haciendo algo útil. "Baje el arme y entréguese sin oponer resistencia" dijo una voz en lontananza. Yo no atiné a nada más que llorar, no sé si de emoción porque estábamos "salvados" o de tristeza por ver a José herido, tendido en el piso mientras sangraba sin control y yo sin nada que pudiera hacer. Me agaché tranquilamente para arrodillarme junto a su lado y sujetar su cabeza. En ese preciso momento se escucharon balazos por todos lados. Al parecer los malechores habían puesto resistencia, ahora sus cuerpos yacían inertes por sus acciones destructoras. Apenás terminada la matanza llegó la ambulancia. Los paramédicos vieron a José, lo analizaron unos breves momentos y dijeron: "Está vivo, aún se puede salvar". Una sonrisa se dibujó en mi rostro e insistí en que le llevaran inmediatamente al hospital. No tardaron en cumplir mi demanda y José partió rumbo al hospital. Seguí a la ambulancia muy de cerca en un Radiotaxi a pesar de que no tenía dinero, en esos momentos no me importaba. Al llegar al Hospital pasé a la sala de espera donde estuve un tiempo que se me hizo eterno. Tan sólo quería verlo, saber que estaba bien. Me sentía tan culpable, si no hubiera sido por mí el no estaría en esa condición. Finalmente el Doctor salió del quirófano y me explicó la situación. La bala había alcanzado a perforar el pulmón izquierdo y por milímetros no alcanzó al corazón... había tenido suerte...mucha suerte. La situación de José era totalmente recuperable. Me puse contento pero a la vez frustrado, ya que no sabía quienes nos habían atacado.
Al poco tiempo lo supe, ya que este acontecimiento salió publicado en los medios de comunicación y posteriormente se llevó a un juicio donde se reconoció que había sido un caso de Homofobia serio por parte de una organización Católica que mata homosexuales a lo largo del país. Respecto a José, ahora se encuentra mejor y tenemos grandes planes de seguir adelante con esta relación. Esta experiencia le ayudó a estar en paz respecto a la muerte de Joaquín. Dice que mientras estaba en el quirófano se le apareció en una especie de espacio entre la vida y la muerte. No sé si será cierto, pero a quien le importa jaja. Ahora estamos bien y ojalá lo estemos por siempre.

Texto agregado el 20-07-2005, y leído por 89 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
22-07-2005 Sin palabras.... solo faltan unos pequeños detalles que afinar y estará perfecto... solo tienes que leerlo y te darás cuenta.... exelente amigo mio... muy bueno!!!! fefi
 
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