Es difícil escribir cuando no se está inspirado. Especialmente frente a la pantalla de un computador, mientras van apareciendo miles de ofertas de distintos productos, cada una más brillante que la otra.
Debe ser caro publicitar en la red, pensar que todo el mundo tiene la posibilidad de mirar esos avisos, y uno que los cierra como si nada. Quizás tendría que mostrar más empatía con los productores de los avisos, así tal vez ellos mostraran más tolerancia por mis cuentos. Pero no, no me voy a tentar en hacer clic en alguno de esos anuncios, después el computador se me llena de pantallas fluorecesentes y cada vez se hace más difícl escribir. Aunque cuando uno no está inspirado...
¡Ya sé! La próxima vez va a ser con papel y lápiz.