Ella, no se lo podía haber imaginado. La gente decía que no se daba cuenta de lo que pasaba, pero Belinda estaba en su sano juicio y reconocía, para ella, que estaba presa de una obsesión.
Y Bely recordaba cuando aquel día, llena de alegría y felicidad entraba en el instituto, cuando recorría los pasillos riendo y cuando saludaba a todo el mundo con la bondad de una niña pequeña.
Alli conoció a algunas amigas nuevas, en especial a Elisa, su mayor confidente y su alma gemela.
Bely no era fea, pero ella sabía que no tenía el cuerpo de otras niñas y que le sobraban unos kilitos, pero a ella no le importaba y nunca le importaría hasta que llegó a la clase Sandra, una niña muy delgada y muy guapa que insultaba siempre a Bely diciendole: "Anda, si viene Belinda, la gorda"
Elisa trataba siempre de calmar a su amiga, que siempre lloraba cuando la humillaba Sandra, pero llegó un momento en que Bely se dijo que ya no sería humillada más y empezó a dejar de comer.
Ella decía que no tenía hambre o que estaba mala, o simplemente, tiraba la comida.
Su madre se empezó a preocupar porque su hija apenas probaba bocado y le preguntó a Elisa si sabía algo. La amiga de Bely sabía todo, pero no le dijo nada a la madre y también se preocupó porque vió que su amiga había perdido 12 kg en un mes.
Elisa le pidió a su amiga que ya estaba bien, que parara, pero Bely se enfadó y le dijo que la dejara en paz, que no entendía como su amiga no la dejaba cuando estaba como una foca, o eso pensaba ella.
Bely, se empezó a marear y a desmayarse, pues ya lo poco que comía lo devolvía. Su madre lloraba desconsolada cuando veía a su hija calavérica y más cuando la llamaron del colegio diciéndole que se habían llevado a su hija al hospital.
Su madre y Elisa fueron corriendo y no se separaron ni un momento de Bely, pero el médico le dijo que ya era muy tarde, que era casi imposible que sobreviviera.
Bely se encontraba en la cama, pesando 30 kg con 14 años y pensando solo en las palabras de Sandra: "Anda, si viene Belinda, la gorda"
Su madre le decía que no se tenía que haber preocupado nunca, que cada uno es como es, con sus defectos y sus virtudes.
Con mucho dolor le llegó la hora a Bely y yació en esa cama, ese mismo día.
Su amiga Elisa fue corriendo a buscar a Sandra y al verla morreandose con el novio le dijo:
"Por tus burlas hacia Bely y tus comentarios solo te digo una cosa..."Anda, ya se fue Belinda, la gorda". |