ESCENA NOCTURNA
–Vamos carino.Acelera,quiero ir rapido–Asi me dijo mi nena y yo esperaba que lo
dijeras,pelo rubio,carita apasionada.Ya veo tus manos apretando las
mias,guiando este bolido azul,saeta a traves de la noche.Que sensacion.
Te tengo apretada contra mi,prendo la radio.Ella esta alli y nos canta
cortesmente,dulce y tranquila ,aquietando el aire que ruge alrededor del coche.
vamos,Ella,animate otra vez.Deja cimbrear tu negra voz para ponerle fondo
oscuro a esta esperanza blanca y rubia que tengo a mi derecha y que ahora
apoya uno de sus senos,chiquitos y blancos a traves de la blusa sobre mi
antebrazo,ahora no nena,ahora tenemos que salir de aqui,ahora tenemos que
huir hacia las estrellas y dejar atras la luz amarilla del tipo cayendo con cuatro
plomos en el cuerpo.Que morboso y rapido resulta todo,incluso su billetera con
casi nada,pobre infeliz,nena te dije dejemos esto y veni conmigo que conozco un
lugar.Y ella salio de la penumbra y,sin decir palabra me miraste a los ojos y se
subio al auto.La carretera cuarenta y seis,luego la autopista que va al sudeste,
hacia Wichita.No hay mejor forma para llegar a casa.Seguiremos vaje,y se de un
lugar donde comer unas hamburguesas formidables y tomar un cafe espeso y
bien caliente,porque las estrellas dan frio esta noche.Las ruedas giran a ciento
ochenta,ciento noventa,el brillo metalico es un destello apenas que se dispara a
traves de la autopista.A lo lejos veo una luz azulada,pronto nos rodea.Nos esti
ramos en nuestros asientos.Un tipo se acerca: –Registro por favor.
Se los entrego.Pasa un siglo y el tipo que nos mira a los dos,a mi y a la nena.
–Hacia donde van?–pregunta con voz apagada.
–A la U-6,Wichita.
–No le conviene,hay un incendio forestal,la autopista esta interrumpida por los
grupos de rescate y los bomberos,tome por la 74 y doble a la derecha,alli puede
subirse de nuevo a la U6.
–Ok.de acuerdo–le dije
–Tome.Y siga las indicaciones.
–Gracias oficial,adios.
Y segui con la nena rubia apretando fuerte.Pero ya no era igual.Ya no estabamos
escapando.Ya no habia luz,no habia estrellas y el auto se tragaba todos los
pozos de la 74 y la nena ya no era mas la nena,era una mujer vieja,con labios
color carmesi,que susurraba obscenidades.Apague el motor,le saque a mano
de mi brazo y le dije: –Andate ya mismo.
Tomo sus zapatos blancos y se perdio en la noche.Ni siquiera miro atras.
Segui solo.Prendi la radio.Pero Ella ya no estaba alli.
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