El Hombre sin Corazón
Tumbado en su cama, con un cigarro humeante, miró como se consumía lentamente, miles de pensamientos se crearon dentro de su cabeza, pero solo uno permanecía dentro de ella.
Ha pasado mucho tiempo, desde que sintió todo lo que tenía que sentir, hacia mucho tiempo que ansiaba sentir,
Hacia mucho tiempo que no sentía nada más que el paso del tiempo, su vida se había convertido como el cigarrillo que tenía en sus manos, consumiéndose lentamente, pero sin cesar.
Giró la cabeza y pudo ver el cuerpo desnudo y dormido de una mujer,
Se dio cuenta que la mujer que había al lado suyo, no le decía nada, no le hacia sentir ningún sentimiento,
Empezó a pensar en lo que le había deparado la vida, las miles de encrucijadas que había pasado, las miles de decisiones que había tenido que tomar, y el destino final que había conseguido, le empezó a angustiar.
¿Que es el amor?, ¿Cómo se llamaba esa sensación que hacia que pareciera que se te iba a salir el corazón?
Todas esas preguntas resonaron como el eco resuena en la montaña dentro de su mente,
Miró hacia la pared y vio junto a la puerta un póster del Mago de Oz, y pudo ver al espantapájaros, al león, y en la figura del leñador de hojalata, se vio reflejado,
Se vio como si el corazón ya no le latiera, como si la víscera hubiera huido de su cuerpo, no la oía latir, no la sentía.
Se le precipitaron miedos, sentimientos tenebrosos le abarcaron la cabeza, pero no se le aceleró el corazón, porque lo tenía dormido, muerto.
Se sentó en el borde derecho de la cama y pensó en lo que le había pasado durante su vida para encontrarse en esa situación.
Tantas veces había amado, tantas veces se había entregado en cuerpo y alma, que se le había escapado todo sentimiento que tenía dentro de el, dentro de su adormilado corazón.
Mucho tiempo atrás la sonrisa nunca desaparecia de su cara, ahora solo las lágrimas internas mojaban su alma día tras día.
Se incorporo notando el peso de mil almas tirando de el, apretándole la garganta para que no pudiera respirar, clavándole los dientes y las uñas en lo mas hondo de su ser,
Andó hasta el lavabo y se miró en el espejo, mientras se acariciaba la cara maltratada por el tiempo y los abusos nocturnos, se miro con ojos tristes al espejo y retiro la vista inmediatamente asustado,
Se vio reflejado como la muerte venidera, y sintió que le estaba esperando furtiva como la noche, detrás de cualquier esquina, la dama paciente estaba llamando a su puerta y no podría esquivarla, ni convencerla de que le diera un respiro mas, un segundo mas, ya que nada le hacia de este mundo, nada dejaba atrás que fuera ya importante para el.
Abrió la pequeña mesita que tenia junto al lavabo y saco una caja de pastillas, las miró sin ninguna expresión es su cara, como si no le importará ya nada, como si la única cosa importante que tuviera que hacer en ese mismo momento fuera respirar hasta que se introdujera todas las pastillas de la caja dentro de su cuerpo, con un ultimo esfuerzo de su cuerpo cansado, abrió la boca y vació toda la caja dentro de ella, bebió un poco de agua y se las trago.
Empezó a notar como su cuerpo se dormía, y le empezaba ha dejar inmovil, intento avanzar hasta la cama, donde sobresalía ese cuerpo desnudo que lo único que le había dado era calor esa noche sin sentimientos, no pudo dar ni dos pasos cuando cayo al suelo, inundado de un sueño penetrante que le estaba dejando sin conciencia,
Cuando de repente noto como su corazón latía débilmente, cada vez mas lento y despacio, una sensación de alegría le invadió el cuerpo, la dama paciente le había dado un ultimo regalo, que le había echo mil veces feliz, notó ese corazón que tenia olvidado, el corazón notó el cuerpo que tenia olvidado.
Cuando amaneció y la mujer se levanto vio el cuerpo de Didac, tirado en el suelo y sonriente como un niño.
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