Abro los ojos después de un largo sueño, y ahi estás. Me miras con tus ojos negros carentes de pupilas y expresión, y me regalas esa sonrisa que te caracteriza, tan fría y sin sentimiento.
Te acercas a mis óídos y susurras, siento tu fría mano rozando mis ropas y te detienes en mi pecho, no dejas de mirarme. Esa mano tan fría, atraviesa mis carnes, entonces detienes mi corazón llevándome al extasis.
Mis ojos se desorbitan un poco y mi corazón no late, llevándome a tu nicho, pierdo la razón y te regalo ese último suspiro...
De repente, mi muerte, te detienes. Al final de ese camino, no existe luz alguna sólo tinieblas. La curiosidad me tienta, entre tantas llamas veo tu figura y me atrevo a seguirte.
Vas muy rápido, no te detienes y cuando logro alcanzarte, simplemente me dices que no es aún mi tiempo y sueltas mi mano.
¿Me dejas de nuevo a la deriva?, contéstame, dame una respuesta porque en el fondo de mi ser se que quiero estar en ese mundo sin aire.
Siento una mano tibia tocando mi cuello, buscando pulsaciones; entre nada, escucho una voz diciendo: sigue viva, a pesar de ello creo que todo el mundo que me odia se pregunta al igula que yo:¿Por que aun no he muerto?......
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