Un ruido, un temor
Tus palabras
Solo eran movimientos articulados de tus labios con sonido a despedida que no quise oír.
Por eso no comprendo por que cierras esa puerta con tus maletas llenas.
Si me dejaste una carta, debes estar seguro que la quemare.
Una hoja no calmara mi dolor.
Que mal remplazo escogiste.
Olvidaste tus dientes en el baño.
Olvidaste tus promesas en un cajón.
Me quedare con tus dientes y con tus promesas de recuerdo de lo que alguna, ves fueron una gran sonrisa y una gran ilusión.
Ya no nos las espero de regreso, no me gustan los hombres sin dientes y sin palabra.

Puedes, conseguir una dentadura nueva, una nueva casa, una nueva mujer con veinte años menos que yo.
Pero no podrás encontrar jamas mas amor que el que yo con mis arrugas y achaques te di.

Es una pena que té, marches pasare mis últimos años, sola mirando tu dentadura y pensando en tus promesas jamas cumplirás.

¡Ah! Disfrutamos los mejores años juntos, cuando afrontes lo vivido...

Estaré en un asilo afrontando cada segundo que viví, sin arrepentimientos, por que yo no me marche yo no huí.

Yo disfrute, viví con locura y pasión, llegado el momento, me senté en una mecedora a ver mi vida transcurrir tranquila sin prisas.
Pero tu impaciente como, si la muerte te persiguiera vas en busca de la juventud ajena pensando que rodeado de ella te ocultaras de tu vejes.

Viejo sonso, no es una persecución, solo que ya no necesitamos correr, ahora andamos sin prisas por que ya sabes que correr no sirve de nada todo llega en su momento.

La vida no es como tu dentadura que envejece té molesta y te la extirpas para comprar una postiza, aquí uno envejece se deteriora y se apaga con elegancia esperando el momento de morir por que ya vivió, dio todo lo que tenia que vivir y dar, crees que cambiando tus ternos por pantalones jeans y camisas floreadas muy juveniles tu vejes te hará una tregua
Crees que cambiándome por una niña te olvidaras que eres un anciano engreído que se niega a afrontarlo.

Yo te escogí para envejecer contigo, pero veo que huyes de la vejes y todo lo que te recuerde a ella como yo.

Que pena que no aceptes que a pesar de estar añejo aun tienes buen sabor, pero solo una vieja como yo que té a tenido tanto tiempo puede, sentir tu excelente sabor.

Puedes pintar tus canas, pero siguen siendo canas pintadas.
Amor mío, cuando afrontes tus años veras, que buenos fueron contigo, es verdad.
Té trajo achaques, arrugas, canas pero te dieron tantos buenos momentos que lo demás esta demás.

Cuando entiendas que aborrecer tus años vividos es aborrecer tu vida, comprenderás por que amo cada año que tengo por que son prueba y testigo de cada día feliz que he vivido y del que jamas me arrepentiría, ni aborrecería, queriéndome ocultar o deshacer de ellos, son lo que soy.
Son la prueba más sólida de todo lo que he vivido, ya no me hace falta más.


No espero que comprendas todo esto, té darás cuenta en su momento, espero que no sea muy tarde, siempre fuiste muy testarudo, ni la vejes te curo eso, pero así te ame y te amo pero tu complejo con la vejes nos alejo indefinidamente... supongo que este es el final de un viejo amor.