Los monstruos de hoy

Wao,
¡qué fría es esta cama!,
parece la sonrisa fingida del Sacerdote Afeminado,
pero más helados son los sueños que siembra
en mi abigarrada inconciencia.

La otra noche,
esa noche que es, sin dudas, todas las noches,
sepultado en temores delicados, patológicos
soñé,
o recordé,
que le hacía el amor
como lémur endemoniado (lo que, en efecto, soy).

De su cabello frondoso
a mis sabanas grises,
chorreaba el pigmento más profundo que haya visto:
Un Azul omnipresente
adherido a cada dimensión onírica.

(Y ella tan quieta,
gemebunda
y coloidal).

Terminado el suspiro reproductivo
dormimos juntos,
leños carbonizados por la Fogata.
De pronto
un frío demasiado real
(teniendo en cuenta la calidad de lo real
en el universo de los sueños)
me despertó del sueño incrustado en el sueño azul.
Ella no estaba.

Desesperado
busqué busqué y busqué
su figura anfibia.

Aturdido (asustado) por el coito fugaz
y por la insoportable parquedad del añil
busqué bajo la cama
donde antes
oía exhalaciones anónimas
de seres, hoy, extintos

(Pues los monstruos de hoy
aceptan la salvaje condición de vivir sobre la cama,
olvidando sus infinitas cavernas,
abandonándolas
a la tribu refinada de las metáforas

(Oh, no sólo en sueños he examinado esas cuevas rocosas.))

Ahí
desparramada moribunda.
Ahí
amparada por el polvo y las cavernas.

Subiéndola a mis sabanas (grises) (azules)
vi la sangre que escapaba
de su cuerpo hundido en niebla invisible de Muerte.
Grite,
grite
pero ella, inmutable.
La sangre,
antes azulina,
repasó toda frontera cromática
manchando mi cuerpo,
y el universo en sí.

Oh, no sólo en sueños la sangre raspa mi alma.

Si ella moría,
pues, no lo hacía bien.
Después de muchos gritos (y, digamos todo, golpes)
movió los labios para decirme:
-”Caricatura”.

Ya no era mi cama
ni era azul el universo.
Era el Negro Oceánico
que sólo los sueños exhiben.

Aún era de noche
esa noche que es, sin dudas, todas las noches.
Sin cadáveres en mis sabanas (blancas),
ni sangre,
ni nada.
Sólo el amargo beso de la premonición
que, después de todo, se hizo mordedura.