Un grito nocturno
en la nobleza de ésta noche
cruza las avenidas sin nombre.
Se oscurecen los cielos-
arriba, la luna menguante
llora entre las sombras
de la fría noche.
Se nublan los ojos de recuerdos,
una vez me prometiste el amor
pero un perjurio pasó susurrante
en aquellas avenidas,
temblaba de temor.

Unas cenizas quemaban mis dedos,
hablaban de amores,
musitaban hechizos

Las puertas se abren, las ventanas se cierran,
una vela se apaga
unas manos conjuran,
los labios murmuran
palabras sentidos, palabras que queman
el olvido
una lágrima fría
los labios sangrantes
los ojos se apagan
la voz susurrante
silencio perdido
y un viento que pasa,
mortal,
en los corredores de tu alma.
Me aferro con miedo,
alaridos te cantan,
a estas horas de la noche
y te matan.

Las tardes se mezclan en tu aliento
y sigue girando tu sombra
me envuelves y me tocas,
te recuerdo con claveles, te evoco en silencio
vuelve a tus sombras
y quédate nocturno
para siempre
en éstas avenidas descaminadas
de amores viejos
y de esperanzas apagadas.

© Natalie Najshomov, julio de 2005.