…Como nunca había cerrado Daniela la puerta con tanta violencia, llegaba cansada y harta de su “oficio” lo único que ocupaba su mente por el momento era recostarse en su cama para dormir, algo que resultaría muy irónico por que sus sesiones de trabajo empezaban de la misma manera, y es que a sus dieciséis años era ya toda una sexo servidora consagrada, en palabras comunes, una puta con todas las de la ley, Stripper, experta en “blow jobs” y una diosa a la hora de ofrecer sexo contranatura; Pero eso no importaba por ahora, lo que realmente importante fue haber llegado a casa con suficiente dinero para comprar comida y cosas de uso frecuente.
Las mañanas de Daniela empezaban siempre de la misma forma entre bostezos, dolores en la vulva y el ano y esa sensación del saborcito a semen en la boca, como todas las mañanas se despojo de su pijama y se desnudo, se paro frente al espejo de su habitación, orgullosa acariciaba sus pequeños pero bien formados senos que aun tenían la marca de los dientes de algún cliente alrededor de los pezones, después de observar de una manera lasciva su pecho comento “carajo, si que son buenas tetas” dicho esto se fue a al cuarto de baño a tomar una ducha, mientras cantaba una de las canciones que en sus muchas horas sirviendo al placer masculino había escuchado y se enjabonaba el abdomen, empezó a sonar el teléfono.
Después de un largo rato sonando, el pequeño departamentito quedo solamente ambientado por el ruido de la ducha, al salir del cuarto de baño para vestirse sintió curiosidad con respecto a la llamada, al poco tiempo ese acontecimiento dejo de preocuparla mientras se colocaba ya un liguero y un ceñido top para la faena del día…
Ya arreglada y dispuesta a salir para ofrecer sus servicios a algún conductor adinerado o a un oficinista desilusionado, volvió a sonar el teléfono, se apresuro a atender la llamada y después de un hola y un “que paso” no volvió a mencionar una sola palabra antes de caer tendida al piso llorando y tirándose el cabello.
Su madre había muerto victima de una larga enfermedad que destruía poco a poco su mente, empezó olvidando algunas cosas y termino siendo prácticamente un mueble en el pabellón psiquiátrico del hospital General de la ciudad.
La tragedia había ocurrido hace dos semanas pero por sus ocupaciones en burdeles y casas de putas, la gente del hospital no pudo comunicarse con Daniela antes, le dijeron que había sido sepultada en el cementerio de la Junta Benéfica, un lugar para gente de escasos recursos…
Sin pensarlo ella se dirigió al cementerio, y vestida tan provocativamente como estaba, el taxista le hizo una broma de muy mal gusto en muy mal momento, le dijo “¿mijita va a follarse algún muerto?” ni siquiera esta falta de respeto a su condición sentimental provoco la reacción de Daniela que se encontraba muriendo de tristeza por dentro.
Al llegar al cementerio y averiguar por la tumba de su madre y después de ser victima de las miradas “hambrientas” de muchos de los hombres que se encontraban en el lugar, dio con la descuidada tumba de su Madre, retiro un ramo de rosas que se encontraba en un florero de la tumba siguiente y lo coloco sobre la fresca tierra recién removida de la nueva morada de su mama. Con lagrimas en los ojos salio del cementerio y empezó a caminar cuesta abajo hasta que su figura se desvanecía en la distancia y apenas se la distinguía aceptando algunos billetes y abordando un automóvil que sin duda la llevaría a un motel cercano
Fin
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