Y que la muerte se funda en lo negro de las noches; como un ave surcando la paz de otro horizonte...
El pequeño arrodilló su cuerpo sobre la gramínea, en un espejismo de ideas revoloteando su semblante; y en un intento de esbozar su único deseo, después de mirar al padre y a la madre, flotando por encima de sus lápidas, dijo: "A la muerte le pedí
que cuando hiciera sus cuentas
no se acordara de mí"
Ana Cecilia.
Texto agregado el 25-12-2002, y leído por 818
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Lectores Opinan
11-02-2004
Me gusto mucho, el estilo es diferente a los que he visto. Rauko